Marc Márquez vuelve a la moto

El Mundial de MotoGP ha regresado con dos victorias consecutivas de Francesco Bagnaia, que ascienden a tres si sumamos el gran premio anterior a las vacaciones. El italiano se ha colocado a menos de dos triunfos de Fabio Quartararo, que el domingo se defendió bien en el Red Bull Ring, un circuito más propicio para las Ducati. A falta de siete carreras, Pecco se erige como la principal alternativa al campeón por sensaciones, aunque en la clasificación sigue más cerca Aleix Espargaró, que se ha apagado un poco tras su caída en Silverstone. Los tres se jugarán el título hasta el 6 de noviembre. Debería ser suficiente para contagiar emoción, pero el campeonato avanza con ese pálpito de que falta un patrón, una estrella que tire de todos. Un Marc Márquez. Lo más parecido es Quartararo. Pero no…

Por eso, y con todo el respeto a los actuales contendientes, el comunicado médico difundido este miércoles sobre la recuperación de Márquez hay que tomarlo como una de las grandes noticias del motociclismo en los últimos tiempos. El parte dice que Marc puede “intensificar sus entrenamientos” y montar otra vez en moto. Su naturaleza. Una evolución que confirma el deseo manifestado por el séxtuple campeón de MotoGP de disputar “alguna carrera este año”. Su regreso en los test de Misano, el 6 y 7 de septiembre, es una fecha factible. El influjo de Márquez es tan grande, que sigue siendo el mejor del Repsol Honda en el campeonato, 15º con 60 puntos, a pesar de que lleva ausente cinco carreras consecutivas, y ha faltado a siete de las 13 celebradas. Si el Mundial le necesita, su equipo mucho más. Honda se reduce a la nada sin Marc. Esa es la realidad actual de la marca nipona, que está a punto de anunciar el fichaje de Joan Mir. Un candidato más para exprimir una moto de la que nadie ha sacado provecho tras la marcha de Dani Pedrosa. Sólo Marc. Su piloto franquicia. Que vuelva ya.