Madridismo sociológico, oposición interna
Otro Laporta. La Asamblea del Barça empezó a las 10:00 horas con un discurso de Laporta que, por momentos, y en sus pinceladas más victimistas, lágrimas de emoción incluidas, recordó al mismísimo Núñez. Quién lo iba a decir. Me vino a la cabeza una frase de Agustí Benedito en una entrevista con este medio en la precampaña con vistas a las elecciones de 2021. “Yo sigo en ‘L’Elefant Blau’; a Laporta no le reconozco”. L’Elefant Blau, recordarán, fue la plataforma liderada por el mismo Laporta para denunciar los últimos años de gestión del entonces presidente del Barça, con quien se mimetizó ayer. No es que Benedito sea el personaje con más credibilidad en el universo Barça, pero sí está claro que Laporta ha cambiado y que eso decepciona a muchos. Evarist Murtra, el mismo que junto a Cruyff convenció a Laporta de que se atreviese con Guardiola para el banquillo en 2008, escribió ayer un artículo demoledor en ‘La Vanguardia’, en el que además de asegurar que la situación económica del club no ha mejorado, hace una acusación durísima al actual presidente. “Nepotismo a ultranza” en la contratación de empleados. Murtra es un personaje muy valorado por el barcelonismo desde que Guardiola le dedicó el Sextete en Abu Dhabi, diciembre de 2009.
Escapismo. Así que Laporta, que es un excelente malabarista y ha detectado que empieza a haber un fuerte movimiento de oposición interna que no aprueba su gestión, ha terminado por sacarle partido al ‘Caso Negreira’. Esta semana de Asamblea se ha sacado de la manga lo del “madridismo sociológico”. De momento, la cortina de humo funciona. Por una parte, arrastra a todos los fieles sin excesiva capacidad crítica. Por otra, atempera a los críticos, que no pueden pasar determinadas líneas rojas para no molestar a futuros votantes que consideran que hay que cerrar filas porque la historia del club no se mancha. Laporta consiguió que de la Asamblea se saliese sin saber quiénes son exactamente esos inversores establecidos en paraísos fiscales como Islas Caimán con los que fantasea con el valor de Barça Studios. Lo que quedará de ayer será que trae “malas noticias para el madridismo sociológico” porque piensa volver a hacer el mejor Barça de la historia. Esta vez, con Xavi, que se ha alineado incondicionalmente con su presidente; y que hasta resucitó en su rueda de prensa del viernes el Villarato y aquella fabulación del doping. Meterse en las trincheras es una elección, pero no parecía el camino que había tomado el gran Barça del siglo XXI.
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