Lucas reedita sus méritos
No hubo milagro para el Madrid, que no dependía de sí mismo por los desatinos que arrastraba en la Champions, pero al menos no estropeó nada de lo que venía construyendo en los últimos partidos. Con los servicios mínimos, empujado por un gol de Rodrygo de bellísima factura, el equipo de Ancelotti encontró la manera de hacer capitular a un Brest que hay que elogiar hasta la saciedad. Tiene muy poco, pero con entusiasmo y el rigor táctico de Roy ha competido por encima de sus expectativas. Al Madrid le dio la batalla justa, sin venirse abajo nunca, aunque echó en falta mayor carga ofensiva. De haber apretado más a Tchouameni, otra vez titular en la zaga, quizá hubiera obtenido mejor resultado. El gol anulado a Ajorque, donde el delantero no estuvo exigido por nadie, o el paradón de Courtois son un ejemplo. Pero tampoco debe echarse nada en cara el Brest. Enfrente tuvo a un Madrid correcto, con interés en la faena, que se proyectó por la banda de Lucas Vázquez y se alió con el estado de gracia de Rodrygo en la izquierda. Es imposible desvincular la explosión del brasileño de las ausencias de Vinicius. Cada vez que parte desde la banda izquierda, sube varios peldaños su nivel.
Aun así, al Madrid le faltó más picante. Mbappé no estuvo tan afinado como en sus últimos pasajes, y Modric no dio la verticalidad suficiente al juego. El 1-4-2-3-1 del Brest en fase defensiva solo se descubría en los costados y, al no circular el balón con agilidad, al Madrid le costó girar al bloque galo salvo en las transiciones. Brahim esta vez se mostró equívoco en sus intervenciones, Valverde no pesó en la posesión y Mendy apenas se prodigó por su banda. Ante esas circunstancias, la figura de Lucas Vázquez se agrandó en ataque con sus apariciones medidas desde atrás. El lateral demostró sus dotes para ofrecer profundidad todo el rato y dejó envíos al área de verdadero peligro. El cabezazo de Rodrygo que evitó Bizot con una mano notable o el regalo a Bellingham en el 0-2 condensan su buena actuación. Bajo el foco de la crítica, de forma exagerada, Lucas insiste en acreditar su plena vigencia. No será el mejor lateral en la faceta defensiva, pero su concurso sigue dando al Madrid una fiabilidad que debe ser reconocido. A Lucas le sobran los méritos.
Seguir la contra

La transición del Madrid se activa por la izquierda, pero Lucas se lanza por el otro costado. Está atento a la jugada. Después le ofrece el desdoblamiento a Brahim para acabar asistiendo a Bellinghan.