Los fantasmas se ahuyentan con goleadas

Por primera vez desde que se inició la temporada el Atlético pudo navegar tranquilo en un partido. La contundencia de la que habla tanto el Cholo encontró destino en el trance ante el Celta, resolviendo pronto para poder aplacar la ansiedad que tanto daño hace este equipo. Enseguida, el volantazo del Cholo al plan inicial, sin Koke y con un 4-4-2, cambiando a línea de cinco atrás, le dio más consistencia Y tranquilidad a Witsel y Hermoso, que sufrían demasiado con Larsen y Aspas. Pero más allá de la notable prestación del equipo en todo momento, quiero particularizar en algunos nombres propios.

Sí, el infalible Correa siempre está, como soldado de Buckingham, sin perder nunca el paso. Grbic tenía la difícil papeleta de suplir al Muro San Jan y muy pronto demostró su aptitud con dos intervenciones de mérito en sendos manos a manos contra el delantero. Ese Koke, que descansó de inicio, cuando salió tiró de galones en su posición de interior, con el respaldo de Kondogbia, en el papel que hace Busquets con España y asistiendo al ataque. Fue el timón del equipo, solidario como siempre, repartiendo el juego que se necesitaba para acabar facturando fútbol y ocasiones. El otro nombre propio no es de ahora: Witsel. Qué concentración, qué manera de elegir. El Cholo lo reconvirtió a central y su rendimiento es siempre notable, toma decisiones muy por encima de las expectativas, no comete errores y siempre elige bien. Acaba siendo el seguro que cierra la puerta.

Ahora toca segundo asalto, en Leverkusen, para seguir mandando en este grupo de Champions. El sábado en la maleta como inyección de autoestima para unos futbolistas que necesitan del buen resultado para volver a su estado natural. Los fantasmas se ahuyentan con victorias.