Los amigos de todas nuestras vidas

Esas palabras que tantas veces se ha llevado el viento toca trasladarlas al césped en el caso que nos ocupa. O al menos, intentarlo. El fútbol pasa por ser el deporte rey, también el de los discursos y palabras tan grandilocuentes como vacías. Resulta por tanto evocador que un equipo tan modesto como el que más en Primera, en este caso la UD Las Palmas de García Pimienta, traslade al césped las palabras de la sala de prensa. Haciéndolo además a su manera, “jugando al toque con el balón”, como dice ese precioso himno de Luis Quintana que tanto significa para toda Gran Canaria. Un equipo modesto, ”un grupo de amigos”, así lo definió esta semana Marc Cardona, que juega muy bien al fútbol. Un sentimiento de familia que va más allá del césped.

Las estadísticas las vemos todos. Los números de Las Palmas apenas admiten discusión. Si metemos en la ecuación su condición de recién ascendido cualquier conato de reproche se extingue automáticamente. No hay peros que valgan para estos “amigos” que se liberan entre sí, que se hacen felices entre ellos y lo contagian a los demás. Que trasladan al trabajo lo bien que se llevan fuera. Lo mismo comen sushi por el cumpleaños de Coco que se van juntos a dar una vuelta, como este fin de semana al Metropolitano. Si ganan y llegan a tiempo, por qué no: a celebrarlo en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Ellos somos nosotros y nuestro grupo de amigos, ese que ustedes y yo tenemos. Los de toda la vida y los que elegiríamos en todas nuestras vidas. Los ves menos de lo que te gustaría pero en cada ocasión tienes claro que son para siempre. Como el equipo de fútbol.