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Lo que Catón diría a Guardiola

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Hace unos días tuve la oportunidad de charlar con Emilio del Río, escritor y doctor en Filología Clásica, y me recordó una frase en la que no dejo de pensar desde entonces, especialmente tras el sorteo de cuartos de Champions y esa tercera batalla entre City y Real Madrid en el horizonte. La pronunciaba Catón el Viejo en el Senado romano al acabar siempre cualquiera de sus célebres discursos, fueran de lo que fueran estos. Ya podía estar hablando de leyes, de obras públicas o del precio de las lentejas, que él terminaba, erre que erre, con su coletilla: “Y además Cartago tiene que ser destruida” (Carthago delenda est). Aunque no tuviera nada que ver. Un poco como Forges y sus “pero no te olvides de Haití”, solo que en versión belicosa.

Catón consideraba a la pujante Cartago como una seria amenaza para la seguridad y tranquilidad del Imperio Romano y, por tanto, tenía que ser parada y destruida. Así que él se ocupaba de recordarlo y repetirlo a sus compatriotas, cual gota malaya. No en vano el propio Catón había participado en la segunda Guerra Púnica y había sufrido de primera mano la dolorosa y humillante derrota en la batalla de Cannas, que por poco precipita el fin de todo, tras un repaso en el campo del gran estratega militar Aníbal Barca, líder de los cartagineses.

Veo cierto paralelismo con esta eliminatoria. El Imperio Romano (el Real Madrid) de la Copa de Europa siente su hegemonía amenazada por un pujante ejército (el City) comandado por un hábil estratega (Guardiola) capaz de tender todo tipo de trampas tácticas en el campo de batalla y de poner a sus elefantes (Haaland, Rodri, De Bruyne, Walker) a cruzar los Pirineos con tal de avasallar a los rivales.

Nunca conviene infravalorar el poder de la venganza como combustible para conseguir objetivos. Pocas cosas mueven tanto como la sed de revancha. Así lo intentaba hacer ver Catón. Y fue eso lo que le pasó, precisamente, al City el año pasado. Tras aquella mágica remontada del Madrid en el Bernabéu, el Manchester City solo tenía entre ceja y ceja vengarse. Así salieron a jugar en el Etihad, que todavía estamos persiguiendo sombras azules. “Jugamos con dolor de estómago por lo del año anterior”, dijo Guardiola tras el 4-0.

Estos días en los que va a haber parón de selecciones, parón por la Copa y parón por la vida (¡Vinicius va a estar un mes sin jugar con el Madrid!), me puedo imaginar a Ancelotti mandando a diario un mensaje similar a sus tropas: “Y además el City tiene que ser destruido”. Al acabar la charla táctica contra el Athletic, después de entrenar faltas, en rueda de prensa o tras la sesión de recuperación. David Mamet ya lo escribió en su libro Chicago: “La venganza es un plato que se sirve frío” y “cariño, la venganza es como la langosta; está buena caliente o fría”. “Y además Cartago tiene que ser destruida”, le faltó añadir.

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