Las verónicas de Ousmane Dembélé

Con las primeras dudas sobre la idoneidad de Xavi en el banquillo planeando por ese entorno azulgrana que tan bien definió Cruyff en su día, emergió la personalidad del técnico de Terrassa para poner un poco de sentidiño allí donde escaseaba el seny. La reacción del Barça tras los palos consecutivos recibidos ante el Inter y el Madrid demuestra que la maduración progresa. Luego le tocó el turno a Dembélé, que vino a hacer algo parecido. Xavi dobló la apuesta por él desde la sala de prensa cuando más se criticaba al francés y El Mosquito respondió con el mismo patrón. Ejerció de extremo clásico pegado a la banda como le exigía el míster aunque perdiese algún balón y se desordenase el juego. Resultado: un gol para inaugurar el marcador y dos asistencias que cerraron el partido antes de la media hora. La serie de verónicas de Dembélé cerca del área la culminó Lewandowski con un gol a lo trompo, girando 360 grados sobre su eje, una suerte en la que se está recreando últimamente el jinete polaco.

Con un tono anímico tan distinto al de hace siete días (así son el fútbol y el Barça) llega la empresa imposible de voltear el miércoles una eliminación en la Champions League que se da por segura. Como es un todo o nada a dos bandas, nada mejor que seguir ajustando mientras las piezas pensando en la Liga.