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Las Vegas-Riad, la ruta global del Clásico

Global. El Barça-Madrid ya no es sólo global en audiencias. Con el de hoy en Riad, esta temporada ya habrá pasado por tres continentes después del amistoso de verano en Las Vegas y el de la primera vuelta en el Bernabéu. La fuerza de arrastre del Clásico hace reflexionar sobre el conflicto permanente que enfrenta a Florentino y Laporta con Tebas, tóxico para las partes. Como en los tiempos de la Guerra Fría, sería necesario un tiempo de coexistencia pacífica. Para Barça y Madrid, la Liga, con sus rivalidades de toda la vida, siempre será necesaria. Para el desarrollo de LaLiga, como institución, el Clásico es sencillamente imprescindible.

Teorías. Pero la Supercopa es cosa de la RFEF y, por tanto, el Barça-Madrid de hoy, sobre el que se ha instalado la teoría de que es imprescindible para Xavi, necesitado de ganar su primer título para hacer más creíble su proyecto. Es posible, y hasta él lo acepta (“es una obligación”), pero en los grandes las crisis se fabrican rápido y el Madrid ha vuelto del Mundial entre dudas. Una derrota en Riad, unida a un calendario incómodo (Villarreal en Copa, Athletic y Real en Liga), le complicaría el mes de enero. La otra teoría es que este Clásico marcará tendencia y puede pesar en la Liga, pero el Madrid también desmontó ese relato el año pasado, cuando perdió 0-4 en el Bernabéu y luego se llevó todo.

Táctica y árbitros. Es el Madrid un equipo entero, más hecho, experimentado en finales y muy ganador, sostenido en sus dos maestros del centro del campo, que tienen el libro sobre cómo jugar este tipo de partidos. Contra el poso del Madrid está el entusiasmo del Barça, que celebró por todo lo alto la victoria de la semifinal y tiene hambre de gloria. Xavi sabe, sin embargo, que los Clásicos no se ganan normalmente por el camino de la pasión, sino del orden. En octubre se llevó una buena decepción, pero no por el 3-1, sino por la inferioridad que demostró su equipo. Hasta hace unos días, jugar con cuatro centrocampistas se daba por hecho en el vestuario del Barça si el Madrid era el rival. Pero las bajas blancas atrás (más la de Tchouameni), las molestias de De Jong y el buen momento de Raphinha, Dembélé y Ansu convierten en una tentación mantener el tercer delantero. Y un apunte para los árbitros. Dijo el martes Medina Cantalejo, presidente del CTA, que ha insistido sobre la idea de que el árbitro que manda es el de campo. Sin embargo, ayer en la rueda de prensa previa a la final puso a González González, árbitro de VAR, al lado de De Burgos. ¿No es eso igualar los planos?