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Las mil y una formas de ganar del Barça

Si el Barça acaba como campeón, como parece que va a ser, será por su capacidad camaleónica para ganar de distintas formas. Jugando mejor o peor, con más o menos fortuna, con mayor agresividad posicional o con menos, pero Xavi ha reformulado el alma competitiva de su equipo para derrotar al pesimismo y al Madrid al mismo tiempo. Fue un Clásico inflamado, precioso, que pudo caer de cualquier lado y que seguramente hubiera merecido un empate final, nunca un tropiezo culé. A nivel conceptual, el Barça resultó superior al Madrid a partir de los apoyos de Lewandowski y Gavi entre líneas y la autoridad mostrada por Raphinha ante Nacho tanto con la pelota como en el desmarque. Tuvo posesiones largas, cargó el área con muchos jugadores y eso le volvió a permitir activarse rápido tras la pérdida para cegar la salida del Madrid. No hay registro del juego que le haya dado mejores noticias al Barça que la presión alta esta temporada. Tanto como De Jong, imperial en el Clásico validándose como el centrocampista moderno que es en una noche de ausencia de Busquets. Recuperó, dividió, pausó y aceleró sin rubor alguno. No se equivocó nunca. Junto al neerlandés, la defensa del área de Araújo, Koundé y Christensen, menor nombre pero igual rendimiento que los dos primeros, sostuvo al Barça en los peores momentos.

Enfrente, el Madrid fue demasiado tiempo lo que pudo ser Vinicius. Con Valverde desubicado y Benzema visible pero para mal, el brasileño se erigió en la única referencia ofensiva constante. Salió mejor parado del duelo con Araújo, pero apenas tuvo acompañamiento. Modric sí que hizo daño al Barça con algunas apariciones a la espalda de Busquets y De Jong. El resto, entre poco y nada. Camavinga fue más ornamental que práctico, Kroos estuvo apagado y los laterales no se prodigaron arriba como seguro que hubiese querido Ancelotti. Los cambios finales, más por confusión que por un alegato futbolístico en sí, agitaron en la locura al Madrid. Pudo encontrar pases por dentro por malas decisiones del bloque blaugrana en los saltos. Entró bien Rodrygo, también Asensio, en un galope al que se entregó para buscar un triunfo que no se pudo ganar en los ataques posicionales. Cuando el partido va a toda pastilla, se siente cómodo. Pero hasta en ese contexto golpeó el Barcelona en lugar del equipo blanco. Las mil y una formas de ganar de Xavi.

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De Jong aparece liberado para dar línea de pase, después atrae la presión sobre él y fija el ataque con su entrega a Busquets. Es el inicio del gol de Kessié que sin la contribución del neerlandés nunca se hubiera producido.