Las dos casas de Pablo Laso

La Liga ACB camina hacia su inicio con las plantillas rebosantes de novedades. Uno de los refuerzos más importantes para la próxima temporada, que arrancará el 28 de septiembre, justo una semana después del pistoletazo de la Supercopa, no comparecerá dentro de la pista, sino que se sentará en el banquillo como entrenador. Se trata del regreso de Pablo Laso al campeonato español, después de un curso de inactividad y otro en Alemania con el Bayern de Múnich. El técnico vuelve a la que se puede considerar su segunda casa, o vamos a dejarlo en una de sus dos casas. Después de un periplo glorioso en el Real Madrid entre 2011 y 2022, en el que se puso a la altura de mitos como Lolo Sainz y Pedro Ferrándiz, ahora dirigirá al Baskonia, el equipo de su ciudad natal, donde ya militó como jugador entre 1984 y 1995, justo antes de fichar por el club blanco. Laso estuvo en el Madrid en dos etapas, como base y como técnico, y se dispone a hacer lo mismo en Vitoria, la ciudad en la que se formó con un balón en las manos en el Colegio San Viator. La cosa le venía de cuna, de su padre Pepe Laso.

Al entrenador se le nota feliz, porque la enorme afición baskonista, una de las mejores de España, quizá la mejor, le para por las calles de Vitoria para saludarle. Son los mismos que, no hace tanto, le silbaban cuando venía al frente del Madrid. Pelillos a la mar. Solo es deporte. Algunos, incluso, le siguen llamando Pablito, aquel base que metió sus primeras canastas de élite con sus colores. El Baskonia no cumplió la pasada temporada los objetivos, pero en algunos partidos ante grandes equipos de Europa, como el Madrid o el Bolonia, se le vieron destellos que abren la puerta a la esperanza de este nuevo curso. Ahora, con Laso en el banquillo. Un entrenador genial. Y de la casa. El 3 de octubre, cuando debute en el Buesa Arena ante el Partizán, será un día muy especial.