Laporta pone picante
En Catalunya uno no muere realmente hasta que sale su esquela publicada en La Vanguardia de la misma manera que no se puede tomar en serio a un grupo opositor al FC Barcelona hasta que el rotativo fundado en 1881 (ocho años antes del el Barça) por Don Carlos y Don Bartolomé Godó no le otorga una partida de nacimiento a página entera. Pero una cosa es que se conjure la oposición y otra que vaya realmente en serio. Los cachorros de alta sociedad barcelonesa son propensos a cenas, comidas, fines de semana en L’Empordà o La Cerdanya (según la temporada) para forjar movimientos que normalmente no pasan de ser un gran negocio para la afamada restauración local. Normalmente, la cosa se queda en suculentas cuchipandas y a la hora de la verdad, la mayoría de los comensales tienen temas más importantes que atender.
Si alguien conoce bien estas conspiraciones gastronómicas que no llegan a nada, ese es Joan Laporta. Por eso, es sorprendente que ayer, coincidiendo con la partida de nacimiento en La Vanguardia del nuevo grupo, el presidente hablara de ellos en su discurso. O hay algo más o quería sazonar con picante unas cenas recurrentemente insulsas.