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Laporta jugó mal el órdago de Xavi

“Se le va a hacer largo a Laporta respetar lo de Xavi…”, me escribió alguien el domingo por la noche después del descalzaperros del Barça contra el Granada. Pues parece que el presidente empieza a masticar la opción de cargarse al entrenador si hay desastre en Nápoles. Lo cierto es que la fórmula Xavi tiene muy mala digestión. Esa frase de “cuando dices que te vas, es que ya te has ido” siempre sobrevuela el anuncio de un adiós.

Xavi cogió por la calle de en medio el día del Villarreal y, en caliente, y consciente de que la comisión deportiva estaba reunida y presionando al presidente para que lo echase, se anticipó a la jugada. A Laporta le sentó como un tiro que lo anunciase en público. Sin embargo, se contuvo. El nombre de Xavi impone y el presidente está cansado de escuchar que ya ha devorado a dos mitos del barcelonismo, Messi y Koeman. Eso le echó atrás. Fue entonces cuando se inventó lo de “acepto la fórmula porque es Xavi”. Una semana después añadió que no lo destituiría, pero ahora está pensando otra cosa.

La situación es muy delicada. El Barça corre el peligro de abandonarse al final de curso porque, sin cuestionar la profesionalidad de nadie, el club tiene que buscarse la vida y el entrenador, la suya. Porque, nadie ha hablado de eso, igual Xavi no se coge ningún año sabático y ya le andan buscando equipo (recuerden aquella oferta para formar parte del cuerpo técnico de Brasil…). Es humano y legítimo.

El problema es que ahora Laporta también está expuesto. Xavi le dejó el balón botando cuando anunció que se bajaba del barco. Igual que el técnico dijo que lo hacía por el bien del club, cuando lo que hacía era tirar la toalla, el presidente podría haberse escudado en que, precisamente por el bien del club, tenía que prescindir del entrenador. Ahora, si destituye al entrenador por perder en Nápoles, lo que significará que la Champions también está en peligro, Laporta se quedará sólo ardiendo en la hoguera y, si sale mal lo de Márquez, con los tambores de moción de censura sonando por toda Barcelona. Laporta jugó muy mal el órdago de Xavi.