La victoria de Ricky

El sabio Sergio Scariolo retrató el momento de Ricky Rubio en vísperas de su reaparición: “Está mejor de lo que sinceramente pensaba, pero a la vez es evidente que le quedan semanas para poder ponerse a tope”. Y esa fue precisamente la imagen que proyectó el base de El Masnou el pasado jueves en su regreso a la competición con la Selección ante Letonia, seis meses y medio después de su retirada temporal para combatir sus problemas de salud mental. España perdió el partido en el Príncipe Felipe de Zaragoza, como ya le ocurriera ante este mismo rival en el Mundial en Yakarta. Y Ricky estuvo lejos del gran jugador que siempre ha sido, pero aun así exhibió destellos que nos recuerdan que la magia sigue dentro.

Scariolo le dio los galones de titular. Faltaría más. Por encima de su estado de forma, está su liderazgo. Sus números fueron discretos en los 20 minutos que compareció en la cancha: 11 puntos y 5 asistencias, con un porcentaje de acierto del 20 por ciento, la mejor prueba de su inactividad. La primera canasta de campo no le entró hasta que faltaban tres minutos para el final. “Me he sentido con mucho polvo”, dijo después el MVP del Mundial 2019, que reconoció que había padecido “los nervios de un rookie”. España no pudo ganar en este primer choque de clasificación para el Eurobasket 2025, pero Rubio sí logró su propia victoria: jugar otra vez al baloncesto. El catalán ha vuelto a empezar, pero quien tuvo, retuvo. Ahora solo le hace falta acumular minutos, coger ritmo, afinar la puntería… Para empezar tiene otra oportunidad mañana con la Selección ante Bélgica, si el técnico decide finalmente contar con él. Y luego, el viernes 1 de marzo, en la Euroliga, ya con la camiseta del Barça, que le prepara un retorno estelar ante el Mónaco en el Palau Blaugrana, que le transmitirá todo su calor desde la grada. Ya no hay marcha atrás. Todo lo que vendrá a partir de ahora será sumar.