La Primavera de Pogacar

Mañana se disputa el primer Monumento de la temporada, la Milán-San Remo, la Classi­cissima, también conocida como la Primavera porque abre deportivamente esta estación del año, aunque quizá ese honor habría que adelantárselo a la Tirreno-Adriático y la París-Niza, las dos primeras carreras por etapas de peso. Allí ganaron dos de los gallos más importantes del pelotón actual, porque ya saben que en el ciclismo de ahora nadie especula, se corre a full desde febrero a octubre. Primoz Roglic se impuso en Italia y Tadej Pogacar venció en Francia. El primero no está en el orden de salida de este sábado, aquí el Jumbo compite con otro de sus líderes, Wout van Aert, pero sí lo hará su compatriota Pogacar, con todos los ojos clavados en sus movimientos. Tadej ya lo probó el año pasado varias veces en el Poggio, el último obstáculo antes de encarar la Vía Roma, pero no pudo descolgar a sus rivales. Suele pasar. Finalmente fue otro esloveno, Matej Mohoric, quien se llevó el premio gordo con un descenso suicida. Esa es una de las posibles resoluciones. El recorrido de la San Remo tampoco ofrece muchas más alternativas. O te vas subiendo el Poggio, o te vas bajando, o te las juegas al esprint con un grupito… o buscas una sorpresa imposible desde la Cipressa.

Dice Pogi que ha imaginado varios escenarios. Veremos por cuál o cuáles se decanta. No podrá esconderse, ni le gusta hacerlo. Pogacar es el pichichi del curso, ha logrado nueve victorias en 13 días de competición, y sólo le vale ganar. Alrededor hay otros candidatos como Van der Poel, Girmay, Pedersen, Alaphilippe... pero el espectáculo está concentrado en el número uno del ciclismo, que intentará sumar su tercer Monumento. Ya tiene la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía, dos veces. Todavía parecen pocos para su insaciable voracidad.