La peligrosa velocidad del Madrid
No jugará, salvo sorpresa impensable, más veces el Madrid contra el Braga esta temporada, pero si pudiera lo haría en cada partido. Fue una noche de baño y masaje, a excepción de el inicio anticompetitivo de costumbre, donde se libró por la estirada del invitado Lunin en el penalti. Las facilidades que le puso el bloque portugués sacaron el poderío blanco en las transiciones. Cuando puede correr, no hay equipo en el mundo más disfrutón. Ancelotti lo sabe, pero esa fortaleza es un arma de doble filo como se observa ante rivales cerrados. Ahí el Madrid se queda sin respuestas y añora los espacios abiertos que sí tuvo contra el Braga. La defensa adelantada de Artur Jorge, al igual que pasó en el compromiso de ida, colocó al Madrid en su territorio preferido. Pudo atacar la profundidad con Vinicius y Rodrygo, explotar las conducciones de Valverde y comprobar el olfato de Brahim para llegar a finalizar desde la mediapunta. Todo le fue demasiado sencillo ante un adversario que siempre dejó huecos entre líneas, poco contundente en los duelos y vacilante en el repliegue. Las pérdidas le terminaron por condenar.
Atendiendo al once, Ancelotti imaginó el partido que se iba a dar y le salió a la perfección. Brahim fue agraciado con la titularidad entre las rotaciones por las que se decidió el técnico italiano. El mediapunta respondió de buena manera a las mismas; otros, en cambio, harán que Ancelotti se lo piense dos veces antes de acudir a ellos. Lucas y Mendy flaquearon a nivel defensivo, aunque sí rindieron en campo contrario dentro del contexto favorable que ofreció el Braga. En esta misma línea, se vio a un Rodrygo más atrevido, preciso en la combinación y en la definición, con buenos movimientos en apoyo y al espacio. Y pudo intimar con el gol. Su actuación no se puede entender como una redención, pero sí le debería servir para liberarse y asemejarse al jugador que fue. Al galope, tanto en el plano individual como en el colectivo, todas las piezas del Madrid conectan de forma eléctrica y se animan al brillo general. Pero su rehabilitación nunca será medible ante rivales como el Braga. Es más, le puede confundir. Los problemas del Madrid vienen ante otro tipo de equipos y otros escenarios.
Pase y desmarque
Mendy ve el movimiento de ruptura de Rodrygo y acompasa su entrega con el inicio de la carrera del brasileño. No hay presión sobre el poseedor, ni tampoco vigilancia exhaustiva sobre el delantero. Vinicius se abre y Brahim ataca el carril central. Buena jugada para el 1-0.
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