La oportunidad perdida de Alcaraz
Carlos Alcaraz asume que ha perdido “una gran oportunidad” en la gira asiática. Por partida doble. Por un lado, para aumentar su cosecha de títulos, que asciende a seis en la actual temporada. Por otro, para haber dado una dentellada a Novak Djokovic en la lucha por recuperar el número uno. Así lo siente el propio Alcaraz, que había volcado el objetivo en estos torneos, pero regresa a España con un balance menor del esperado: semifinal en el ATP 500 de Pekín y octavos en el Masters 1.000 de Shanghái. La “gran oportunidad” comenzó antes de viajar a China, cuando Djokovic anunció que renunciaba a este tramo del curso para descansar, lo que dejaba el frente abierto al español para sumar un buen puñado de puntos.
En Pekín cayó en semifinales ante Jannik Sinner, posterior vencedor del título ante Daniil Medvedev, lo que suponía una eliminación dentro de la lógica tenística, una vez que el italiano ya le ha vencido en cuatro ocasiones. Era algo que podía ocurrir, y ocurrió. Pero más raro ha sido lo de Shanghái, donde se topó con una gran oportunidad dentro de la otra. Ya no era solo la ausencia de Nole, sino que la competencia se debilitó con los tropiezos encadenados de Medvedev, Sinner, Rune, Zverev, Tsitsipas… Alcaraz ingresó en esa misma lista al chocar ante un gran Grigor Dimitrov, un talentoso jugador, vencedor de las ATP Finals en 2017, a quien durante un tiempo se le llamó Baby Federer, por su clase y por ese maravilloso revés a una mano. El búlgaro había perdido sus tres partidos anteriores ante Carlitos sin haber atrapado ni un set, pero destapó sus esencias en Shanghái con una meritoria victoria. La sensación es que la campaña se está haciendo un poco larga para el murciano, que lleva 72 duelos oficiales, con un balance de 63-9, más otros cuatro en la Hopman. Demasiada tralla, incluso para un fenómeno de 20 años.
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