OPINIÓN

La operación Berlín está en marcha

La Eurocopa parecía quedar lejos del foco mediático hasta anoche.

El delantero de la selección española Mikel Oyarzabal celebra con Aymeric Laporte.
Cati Cladera
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Reacción. Metido como ha estado el final de temporada con la gloria del Madrid en la Champions, la Eurocopa parecía quedar lejos del foco mediático hasta anoche, cuando España reaccionó con un fogonazo de gran fútbol a un golpe inesperado de Irlanda del Norte. Al 0-1 del inicio en un despiste defensivo, la Selección contestó con cuatro goles en poco más de veinte minutos que demostraron que maneja un catálogo amplio de variables ofensivas. Primero, un disparo de media distancia de Pedri, que desmintió a quienes le acusaban de no chutar con la pierna derecha por sus continuas lesiones musculares. Luego, un cabezazo de Morata a un centro de toda la vida de Navas, que hace 18 años hacía cosas así ya en finales europeas, como aquella de Glasgow en la que asistió a Kanouté… Gran Jesús. Y luego, una transición con Nico volando para regalarle el 3-1 a Pedri; más una entrada desde la segunda línea de Fabián, que remató un caramelo de Lamine Yamal, el Wonder Boy de La Roja. Aunque todavía haya que meterse en faena, la Selección ha aprovechado esta semana de concentración en Las Rozas, y los dos amistosos de Badajoz y Palma, para coger temperatura.

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Listos. A una semana del debut en Berlín contra Croacia, Luis de la Fuente y sus jugadores son muy conscientes de que la primera fase tiene un punto de diabólico que hay que saber manejar. Croacia e Italia son selecciones expertas y, más allá de las dificultades que puedan presentar los partidos, la reacción de España hizo ver que el vestuario ya ha puesto los cinco sentidos en la competición. La Selección sabe que es muy posible que no pueda llegar al talento que manejan la Francia de Mbappé, Dembélé o Griezmann. Tampoco a la Inglaterra de Bellingham, Saka, Foden o Kane. Tendrá que escoger, pues, otra dirección. Y esas imágenes cómplices de Nacho y Carvajal con Pedri en el túnel de vestuarios antes de arrancar la segunda parte en Son Moix hablan de una fuerza potente en el grupo que trasladan a la foto de Joselu protegiendo a Lamine en el Bernabéu el día del España-Brasil; y a Carvajal quien, lejos de sorprenderse de quedarse fuera del once de la final de la Nations League, improvisó un discurso emotivo en el vestuario que luego completó en el césped con el sexto penalti que le dio el título a la Selección en Róterdam. España aterriza hoy en Alemania con una misión casi imposible: levantar la cuarta Eurocopa el 14 de julio en el Olympiastadion, el mismo estadio en el que debutará el próximo sábado. La operación Berlín ya está en marcha.

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