Opinión

La noche de las canteras

La quinta edición del Hall of Fame FEB-AS, la de Rudy Fernández, fue un recordatorio de dónde están los pilares para reconstruir el futuro.

Juanan Morales, presidente del Joventut, en la gala del Hall of Fame del baloncesto español.
JESUS ALVAREZ ORIHUELA
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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El Hall of Fame cambió de casa, pero no de familia. La FEB y AS volvieron a organizar ayer la gran fiesta del basket. Y ya van cinco. En un deporte tan global como este, saltar de Sevilla a Lleida solo supuso una ligera mudanza. El espíritu se mantuvo. El alma del ba-lon-ces-to. La gala de ingreso de la promoción 2025, como las cuatro anteriores, nos sirvió para recordar de dónde venimos, que también es la mejor manera de saber a dónde vamos. La historia es nuestro espejo.

Cada certamen ha tenido una personalidad. Y ha fomentado unos nombres propios. Sin perder nunca la esencia. Las dos primeras ediciones fueron, por encima de todo, un homenaje a los pioneros. La tercera resultó la fiesta de Pau Gasol. Y la cuarta, la de su hermano Marc. Esta quinta podríamos titularla como la noche de Rudy Fernández, otro ilustre que formaría parte, con pocas dudas, de un hipotético quinteto histórico de España. Con permiso de Epi, otro fenómeno en esa posición. Rudy ha participado en todos los oros de la Selección, dos mundiales y cuatro europeos; ha sido seis veces olímpico, con tres medallas; ha jugado en la NBA, con concurso de mates incluido; ha sido campeón de Europa con el Real Madrid... ¿Se puede ser más grande?

Pero quizá habría que elevar el curso de 2025 más allá de Rudy, a sus orígenes en el Joventut de Badalona, otro de los premiados en la gala ilerdense. La Penya, junto al Estudiantes, que también fue distinguido este año, representa la importancia de la cantera, de las categorías de formación... La cita hizo coincidir, en la misma fotografía, a Rudy Fernández y Jordi Villacampa, dos productos verdinegros, dos aleros excepcionales, dos grandes ejemplos del amor por el baloncesto desde el patio del colegio o las calles del barrio. Cuando los sueños tienen forma de canasta. Fue la noche de las canteras. Y un recordatorio de dónde están los pilares para reconstruir el futuro. El Hall of Fame FEB-AS es mucho más que nuestro pasado. Es nuestro baloncesto. De ayer, de hoy y de siempre.

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