La Navidad es más bonita en rojiblanco
Querido sobrino, todavía no habías nacido y el mundo al que llegas se disfruta en rojiblanco. 18 años habían transcurrido desde la última vez que el Atlético tomaba el campo del Barça, cuando Pepe Murcia era el último en dar con esa tecla que tanto se le escapaba a Simeone. Pero este, el Atleti, es un equipo con mística, al que no le tiembla el pulso en los minutos finales. Es más, provoca que a los rivales les tiriten las piernas. Da igual el guion, el añadido es colchonero. Sostenido en Oblak y ese gigante noruego que no para de dar puntos desde el banquillo. Sorloth asegura que el Atlético despida el 2024 en lo más alto de la tabla.
Sergio, no vayas a pensar que esto ha sido fácil. Nadie parecía dar un duro por el Atlético tras la imagen y la derrota ante el Betis en el Villamarín. Un equipo que parecía muerto, sin alma. Desde entonces son 12 partidos y 12 victorias consecutivas. Y un aplomo que, partido a partido, va ganando aroma a campeón. Sé que la oxitocina era la palabra que más escuchabas mientras el Cholo presentaba su once de gala en Montjuïc. Pero esto también es una enseñanza de vida: nunca hay que rendirse por muy complicado que parezca el panorama. Siempre creer, con coraje, corazón y la unidad de la familia para llegar a lo más alto. Por los que vienen, por aquellos adolescentes que nunca habían visto al Atleti ganar en campo del Barça. Esta Navidad luce rojiblanca.