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La Naranja Mecánica

Sigue la escalada. Fue el Madrid de verdad, el solidario, el comprometido, el que jamás se rinde, el que explota su descomunal talento ofensivo, el que se recompone a un 0-4 en el Clásico con el orgullo de un equipo campeón, el que no baja la cabeza pese a la plaga de graves lesiones (Carvajal, Militao...). Ha emergido a lo grande en este mes de noviembre en el que está dando la vuelta a la tortilla. El Barça se durmió en el jacuzzi de la Liga tras el triunfo holgado del Bernabéu y cometió un error que ante el Madrid suele costar muy caro: darle por muerto. La tropa de Ancelotti está matriculada en la Universidad del Sufrimiento y la Resiliencia. Aquí no hay excusas y se trataba de volver a jugar como un EQUIPO, con mayúsculas. Así fue ante Osasuna (4-0, sin un solo tiro a puerta de los navarros) y se repitió el guion ante el Leganés, que tampoco fue capaz de chutar una sola vez entre los tres palos del recuperado Courtois. Un Madrid que está en plena caza y al que el color naranja le sienta de cine. En Butarque fue La Naranja Mecánica. Ya huele la sangre del proyecto de Flick, herido tras dejarse cinco puntos en San Sebastián y Vigo. Como a los vigentes campeones les dé por ganar en enero el partido aplazado de Mestalla, me da que muchas quinielas se van a romper al otro lado del Puente Aéreo. No escarmientan. El Madrid nunca dice su última palabra. O mejor dicho, la dice en primavera, cuando se consuma la recogida de la cosecha...

Capitán Valverde. Lo del uruguayo es digno de estudio. A sus 26 años ya ha sido de todo en el Madrid, incluida la capitanía. Como lateral derecho de urgencia, solventó la papeleta con sobresaliente. Y, por si os parece poco, añadió un golazo de falta, el segundo de la temporada para El Halcón. Un gol producto de la pizarra de los Ancelotti (Carlo y Davide), con participación de Ceballos y Güler.

Asencio pasa la ITV. El joven central canario dibujó un partido sin un solo borrón ante los pepineros. Ni Miguel de la Fuente ni Munir pudieron con el grancanario. El chaval ha congeniado a la perfección con Rüdiger, formando una pareja sin fisuras que facilitó una tarde relajada a Courtois en su regreso. Asencio será titular en Anfield. Se lo ha merecido. Con creces.

El precedente. Nos tenemos que remontar cuatro años atrás para rescatar el último Leganés-Real Madrid en Butarque. Fue el 19 de julio de 2020, en plena pandemia y con los blancos ya proclamados campeones y los pepineros obligados a ganar para evitar el descenso. El Madrid formó con Areola; Lucas Vázquez, Militao, Ramos, Mendy; Casemiro, Valverde, Isco, Asensio; Benzema y Vinicius. Hoy sólo repetían Valverde y Vini. Los dos goles del equipo de Zidane llevaron la firma de Sergio Ramos y Asensio, mientras que los leganenses fueron obra de Bryan Gil y Roger Assalé. El Lega jugó con Cuéllar; Rosales, Bustinza, Tarin, Siovas, Jonathan Silva; Amadou, Recio; Bryan Gil, Aitor Ruibal y Garrido. Lo más curioso es que el 2-2 nos disgustó también a los propios madridistas, que no nos iba nada en juego y preferíamos ayudar a los paisanos de Carvajal a seguir un año más en Primera. Pero Cuadra Fernández, que esa tarde estaba en el campo, no quiso señalar un penalti claro de Jovic. Ver para creer...

A la conquista de Anfield. Con la moral reactivada y el equipo reforzado por los últimos triunfos, el Madrid viaja a Liverpool con la felicidad recuperada. Hasta Bellingham vuelve a ver puerta (Hey Jude!) y Mbappé empieza a sacar las garras convencido de que en Anfield será su gran noche. Me lo dice el Príncipe Bader, feliz por su hijo Khalid. El pequeño cumplió años viendo ganar a su Madrid. Igual mis amigos de la Peña de Nepal. Es el madridismo sin fronteras.

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