La magia de Míchel tiene un límite: falta un delantero con gol

Momento para los ventajistas en Girona. ¿Pasó lo que tenía que pasar? Puede ser, pero que a nadie se le olvide que este mismo equipo fue el que, en Liga, cosechó diez puntos de los últimos 12 y, pese a todo, mira a Europa. Cuando se le debe atizar se hace, aunque es momento de tener un poco de memoria porque intentó tratar de tú a tú al Real Madrid. Le salió mal, claro. El resultado así lo demuestra, pero nadie le puede quitar que murió con su estilo.

En la primera mitad tuvo la posesión y faltó la cantinela que le está acompañando toda la temporada: el remate y la eficacia. Míchel planteó el partido perfecto, pero sin pegada es imposible. El técnico es un mago, aunque no puede hacer aparecer el gol. Para esto están los delanteros. O deberían estar porque Miovski estuvo negado y Abel Ruiz ni tocó el balón. Stuani no jugó. Se le echó de menos, como siempre.

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