La Liga se gana a partir de ahora
Les aseguro que aunque el prestigio y la gloria te lo da la Champions, que se lo digan al Real Madrid y sus 14 coronas, los entrenadores sienten íntimamente que la mayor recompensa de su trabajo reposa en el trofeo de la Liga. El primero que lo dijo fue Zidane, a pesar de ese ‘Triplete de Oro’ que ni siquiera pudo alcanzar el Barça de Guardiola (el marsellés conquistó tres Champions consecutivas). Zizou disfrutó de las ligas de 2017 y 2020 como si fuesen la 11, la 12 o la 13. Zinedine valoraba mucho el mérito de ganarles esas ligas al Barça... de Messi.
Lógicamente, si al final levantas la Orejona los propios aficionados blancos no te van a pedir cuentas con la liga doméstica, acabe como acabe. Ganar la Champions es conquistar el Everest y todo lo demás parece superfluo. Pero es una ruleta rusa. El curso perfecto, como ha reconocido Ancelotti, fue el de hace dos. La irrepetible 14 y una Liga ganada al Barça de Xavi con una ventaja sustancial de puntos (86 a 73). El campeonato doméstico es el premio a la constancia y al trabajo bien elaborado y macerado durante diez meses en la barrica de madera de roble de la Liga. Es el trofeo que acredita al empleado ejemplar, a los currantes vocacionales que asumen el sentido del deber con una entereza y un rigor germánicos. Si tienes el colchón de la Liga, es más fácil afrontar las últimas rectas de la Champions.
Es el plan de Carletto. Por eso pidió a sus jugadores que se tomasen muy en serio las visitas a San Mamés (0-2), Montilivi (0-3) y Montjuïc (1-2). En el Pizjuán no se ganó por el calamitoso arbitraje de De Burgos Bengoetxea. Y en el derbi del Metropolitano todos vimos lo que aconteció con Alberola Rojas... El actual líder ya ha rendido cuentas con la clase VIP de la clasificación, mientras que a Barça y Atleti aún les esperan cumbres borrascosas. Esto pinta bien.
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