La ironía de Campazzo
Alguna vez tenía que ocurrir. Y con más razón en una competición que enfrenta a los mejores de Europa en un todos contra todos a doble vuelta. Ahí no hay quien se salve. Si el Real Madrid tardó en la Liga ACB diez jornadas en conocer su primera derrota de la campaña, en la Euroliga ha llegado una después, en la undécima. Tampoco está nada mal perder solo dos partidos de 22, que ascienden a dos de 24 si sumamos la coronación inaugural en la Supercopa. El Madrid cedió este jueves ante el Fenerbahçe, sí, igual que lo hizo ante el Unicaja de Málaga once días antes, pero la sensación que transmite, pese a los dos tropiezos, es de un equipo dominante. De hecho, estos dos duelos los tuvo en la mano: ante los andaluces llegó a ponerse 18 puntos arriba, mientras que los turcos estaban 14 abajo a falta de seis minutos. Es más: los de Chus Mateo ganaban a siete segundos del final de la prórroga con posesión, pero un error inesperado dejó la victoria en bandeja al pujante rival: 100-99.
Irónicamente, la pérdida en la jugada clave fue de Facundo Campazzo, el mejor en la cancha con 33 puntos (11 de 11 en tiros de dos) y 32 de valoración. Si hay una pieza determinante en el poderío mostrado por el Madrid durante este curso es Campazzo, un retorno que ha reforzado la posición más renqueante del equipo y ha dado un plus al grupo en defensa y en ataque. El Facu está haciendo una temporada enorme, pero hasta el mejor sastre puede dar una mala puntada. Su aportación es tan grande, y el Madrid se ha mostrado tan dependiente de su batuta, que llegó a producir inquietud su acumulación de minutos, siempre a la mayor intensidad. El anhelado regreso de Carlos Alocén, el pasado domingo, permitió al menos que tuviera un descanso ante el Andorra. El Madrid le va a necesitar, aún queda lo más gordo. De entrada, once partidos en otro loco diciembre. Esto es muy largo.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.