La gimnasia puntúa alto para París
La gimnasia es uno de los pilares clásicos del olimpismo. Uno de los tres deportes que conforman la aristocracia de los Juegos junto al atletismo y la natación. Así que es difícil encontrar mejor manera de inaugurar un serial de coloquios como los Encuentros Olímpicos de AS, encaminados a desembocar en el Sena el próximo verano, cuando se inaugure París 2024. Hasta entonces, los deportistas y las disciplinas más relevantes irán pasando por este periódico para hablar de sus sueños, de sus ambiciones, de sus inquietudes… La gimnasia española se ha erigido, además, en un candidato fijo al podio. Desde que subió por primera vez en Barcelona 1992 con la plata de Carolina Pascual ha estado presente siempre en el medallero con la excepción de Londres 2012, aunque entonces también lo rozó con el injusto cuarto puesto del conjunto. Durante este periodo se ha colgado ocho metales: tres oros, cuatro platas y un bronce. Con el triplete icónico de Gervasio Deferr.
Otro de esos medallistas, Ray Zapata, subcampeón en Tokio 2020, fue uno de los asistentes a la cita, junto a Ana Pérez, que protagoniza un ejemplo de superación que vale por la medalla más brillante, y a Inés Bergua, que integra un equipo de rítmica que ha retomado la estela de éxitos de la generación de plata de Río 2016. Al frente de ellos, Jesús Carballo, el presidente de la Federación, que fue cocinero antes que fraile, dos veces campeón mundial y dos veces olímpico. La presencia de un exdeportista de élite liderando la gestión se nota en la motivación de sus gimnastas, que sueñan en grande, igual que el jefe. Carballo confía en que el conjunto de rítmica y el propio Zapata puedan pelear por los podios. Y ellos no rehúyen el reto. De momento, la clasificación está siendo nutrida, a falta todavía de varias balas por disparar, entre ellas las del inédito trampolín. La gimnasia puntúa alto para París.
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