La Final Four pinta en blanco

El Real Madrid llega como máximo favorito se mire como se mire. En las encuestas y en las apuestas. Del derecho y del revés. Su trayectoria en la fase regular de la Euroliga y en el posterior playoff ha sido incontestable: 30 victorias en 37 partidos. No hay mejor escenario para afrontar ese enorme desafío que no alcanza desde 1968, hace ya 56 años: enlazar dos títulos europeos consecutivos. Los nombres de Brabender, Luyk, Emiliano o Sainz esperan ser relevados por los también laureados Llull, Rudy o Chacho Rodríguez. De la final de Lyon a la Final Four de Berlín. Historia del baloncesto español. Toda la plantilla actual del Madrid suma un total de 23 trofeos continentales. Imponente.

La lógica apunta a un nuevo alirón. No hay nadie más fuerte en Europa. Pero nadie gana sin bajarse del autobús. Hay que jugar. Y competir. El modelo del basket fomenta las sorpresas y las segundas oportunidades. Cuando llegas a una Final Four, de nada sirve lo anterior. Tienes que ganar dos partidos si quieres ser campeón, no hay otro camino. Un día tontorrón lo puede tener cualquiera. El año pasado, los de Chus Mateo presentaban una floja candidatura, pero levantaron la copa tras aquella canasta mágica de Sergio Llull. En esta edición puede ocurrir lo contrario. O no. Los antecedentes dictan que el ganador de la liga regular en el formato actual de todos contra todos nunca se ha coronado como rey. Un dato que reafirma la dificultad. Berlín pone el marcador a cero. Las maldiciones, eso sí, están para romperlas. Los blancos arrancan este viernes con una semifinal ante el Olympiacos, el mismo rival al que tumbaron en la final de 2023. Entonces, los griegos lideraban los pronósticos. Ahora ocurre al revés. Se mire como se mire, el Madrid es el gran favorito. Se mire como se mire, aquí nadie se fía de nadie. Todo puede suceder. Pero pinta en blanco.