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La familia de Ricky

Ricky Rubio ha tenido reapariciones después de periodos de inactividad mucho más largos, como su regreso con Cleveland Cavaliers en enero de 2023 más de un año después de romperse el ligamento cruzado de la rodilla izquierda, pero su retorno a las canchas de este jueves tiene un sabor más especial, podemos considerarlo casi un redebut, porque ahora vuelve de “un lugar oscuro”, de combatir unos problemas de salud mental que le han mantenido seis meses y medio fuera de la competición y de los focos públicos. Ricky ha escogido regresar con España, no con su actual club, el Barça. Una decisión curiosa, pero que tiene su explicación. “Me hacía mucha ilusión volver a la Selección, que fue donde lo dejé”, reconoce el base de El Masnou. Hay que recordar que el día que anunció su baja, el 30 de julio del pasado año, estaba en la concentración de Sergio Scariolo para preparar el Mundial.

Así que vuelve al kilómetro cero, rodeado de amigos que no han parado de arroparle, de su otra familia: “No me he sentido solo en ningún momento”. Hay un detalle que define nítidamente este apoyo: el capitán del equipo, Rudy Fernández, ha preferido estar en la convocatoria, a sus 38 años y con achaques físicos, para compartir esta situación excepcional con Rubio, con quien ha vivido tantas experiencias desde sus tiempos en el Joventut. El redebut de Ricky es una oportunidad tan especial, que el propio jugador asegura que se siente “con nervios, casi como un rookie”. No hay que esperar todavía grandes exhibiciones del base en la pista, como aquellos 38 puntos que le endosó a Estados Unidos en su última comparecencia en los Juegos de Tokio, o como las que le sirvieron para su designación como MVP del Mundial 2019, pero lo importante es volver a verle en su lugar natural: una cancha de baloncesto. Rodeado de gente que le quiere. Y con una sonrisa.

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