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La España de los dos planes

Al igual que en Qatar, esperemos que con distinto final, España no se demoró en el estreno y despachó a Croacia con cierta brillantez y sin complejo alguno. Fue un golpe de autoridad en toda regla de una selección que demostró manejar distintos registros y premió la tozudez, en el buen sentido de la palabra, de Luis de la Fuente. Cucurella, Fabián y Morata, discutidos vete a saber por qué, son hombres del seleccionador y los tres protagonizaron una actuación fabulosa. Para ser importante, a veces te tienen que hacer sentirlo. Véase el ejemplo de Morata, infravalorado por tantos cuando los números y el vestuario justifican sus galones.

Sobre el talento individual y la solidaridad colectiva, España construyó su triunfo y confirmó que puede ganar de muchas maneras. No le hace falta colonizar el juego, ni abusar de la posesión de balón, porque posee balas arriba con Lamine y Nico, además del propio Morata, y lanzadores de primera como Fabián, Pedri o Rodrigo. España corrió y lo hizo con ganas y criterio, pero Croacia se lo puso fácil por una zaga desubicada que no apretó en las vigilancias. Gvardiol seguro que rememoró la pesadilla que sufrió con Messi en el último Mundial al ver a Lamine enfrente. El más joven, la mayor amenaza en el uno contra uno. Y con Carvajal se va a entender. En citas de entidad anteriores, España no se empleó con profundidad y careció de desborde por las alas. Si hay algo seguro en Alemania, es que esta vez no ocurrirá.

De todos modos, España no fue un equipo impecable. El gol de Morata llegó cuando había perdido el dominio de la escena y las concesiones en fase defensiva se produjeron de forma copiosa. El valiente plan de De la Fuente puede resultar temerario si no se ajusta del todo la presión. España decidió asumir un desgaste excesivo, persiguiendo a tiempo completo a Croacia, y las grietas se abrieron entre la defensa y el centro del campo. Cuando la última línea no acompañaba, Kramaric, Majer o Kovacic aparecieron a las espalda de los medios. Saltar todo el rato al poseedor tiene sus riesgos, y aunque la Selección se lo crea a pie juntillas, con Morata orientando la presión de manera formidable, conviene a veces descansar y elegir bien los momentos. A todas luces, las transiciones defensivas tampoco resultaron las mejores y si en el marcador no se sufrió fue por la benevolencia de Croacia en el remate. Aun así, nada que no se pueda arreglar en duelos venideros y con este Unai Simón en la portería, menos cuando interviene con los pies. Para empezar, no está nada mal, España.

La segunda jugada

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Rodrigo se hace con un balón suelto, conecta con Fabián y se orquesta la transición tras el desmarque de ruptura de Morata. Las vigilancias de Croacia brillan por su ausencia.

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