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La derrota definitiva del madridismo

Entre galos y romanos existía una diferencia de bulto: el sentido del humor. Cierto es que los Astérix, Obélix y compañía tenían la poción mágica -las pociones siempre ayudan, se lo digo yo que soy gallego y me crie en un bar-, pero la verdadera diferencia, el verdadero milagro de los panes y los peces reside siempre en el humor, en la capacidad de saber reírse de uno mismo y no tomarse tan en serio que los demás piensen de ti lo evidente: que eres tontísimo. Veamos un par de ejemplos que ilustren esta cuestión.

Dicen desde Francia que el Barça ha entrado en la puja por Mbappé. Y llegados a este punto debemos aclarar que se trata del Kylian Mbappé, no de su hermano pequeño, ni de un hijo de emigrantes españoles que juega en la liga del barrio de Saint-Denis y es un cachondo perdido: mi primo, sin ir más lejos, salía en las crónicas de Regional Preferente del Diario de Pontevedra como Zinedine Zidane. El rumor lo suelta L’Équipe como lo podría soltar la Pronto. Para mí, de hecho, vale lo mismo una cosa que la otra. O no. Creo, incluso, que le daría más relevancia a la Pronto si bajo el titular me ponen una foto trucada de Laporta abrazado a Mbappé, a ser posible en la portada.

Este el mood adecuado, no sé si me entienden. El otro, uno mucho menos recomendable, implicaría pasarse la tarde entera explicando detalladamente en las redes sociales un supuesto plan económico que pudiese terminar con el francés vestido de blaugrana sin mediar la conformación del nuevo Gobierno de España y las primeras condiciones de Puigdemont. Creérselo, vamos. Una cosa de locos. Y el drama es que, la militancia, en el fútbol moderno, va un poco de esto.

Ahí está el asunto Valverde-Baena para poner el contrapunto. Después de meses en los que mucha gente respetable perdió el oremus declarando que pocas se había llevado Baena (ahí están los históricos para comprobarlo), ahora resulta que esos mismos vengadores de la pradera son todos abogados, que es como si Thor te revienta el planeta y luego viene Hulk a ponerte una demanda. A este paso, cada día más cerca del “que te lea Txapote”: la verdadera y definitiva derrota del madridismo.