Lydia Valentín, triple medallista olímpica (oro, plata y bronce), se puede considerar otra de las pioneras en España. Se retiró en septiembre por una lesión de cadera. Cada vez hay más presencia femenina en el mundo del deporte. Para que hayamos conseguido llegar a la situación actual, fueron varias las pioneras que tuvieron que abrirse camino en épocas más complicadas. Valentín es un claro ejemplo. La halterofilia, como muchos otros deportes, es una actividad considerada “de hombres” (como pasa en fútbol, boxeo, rugby...). La dureza y la fuerza física son factores clave que las mujeres, en muchas mentalidades atrasadas, no tienen. Lydia llegó para romper todos los estereotipos y demostrar que sí se puede, llegando a convertirse en la mejor en su campo y muy por encima de sus compañeros masculinos.

Hace dos meses, a sus 38 años, Valentín anunció su retirada por una lesión de cadera que no le permitió llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024. Durante su carrera, se hizo leyenda al conseguir tres medallas olímpicas. Un oro en Londres 2012, una plata en Pekín 2008 y un bronce en Río 2016. Un palmarés envidiable y que mostró a muchas niñas que podían soñar con ser deportistas profesionales y llegar a lo más alto. Un pensamiento necesario para que la sociedad avance y sea lo más igualitaria posible. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero figuras como la de Lydia Valentín han allanado el camino a las generaciones futuras. E irán surgiendo nuevas.

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