La convicción del Valencia en su cantera y la irreverencia de Yan Couto
Talento y determinación
El Valencia ha tomado un rumbo decisivo para escapar del fuego del descenso por el fondo y la forma. La victoria en Balaídos supone un alivio aritmético incalculable, pero también por cómo y por quién la logró asegura todavía más sus opciones de permanencia. Los nombres propios de Javi Guerra (20 años), Diego López (21) y el goleador Alberto Marí (21) reconocen la mirada de Baraja a Paterna. Lo que sea del Valencia será con ellos, gracias a la apuesta de un técnico que ha buscado en su entusiasmo y responsabilidad lo que no encontraba en otros futbolistas. Es habitual que en crisis de enjundia, sobrevenidas por proyectos negligentes, se mire a la juventud como método de impulso o como un simple escudo. Siempre algo de oportunismo en esa decisión. Pero también es cierto que el Valencia, con todas las cosas que ha hecho mal en estos últimos tiempos, trabaja con esmero sus categorías inferiores. Un estudio del observatorio CIES proclamó el pasado mes de octubre que la del Valencia era la sexta cantera más productiva de Europa, solo por detrás de la de Real Madrid, Barcelona, Lyon, PSG y Manchester United. En Mestalla hay talento en muchos de sus chicos, que coincide ahora con el convencimiento de ponerlos.
Encendido
Tajonar también es otra factoría de máxima solvencia. Se ve en este Osasuna de Arrasate, al que la final perdida de Copa no le quita la ilusión de aquí al final de temporada. Europa está a tiro y con jugadores como Budimir (31 años) se puede aspirar con legitimidad a ganarse una plaza. El delantero croata marcó un gol al Almería que no se le conocía, o apenas se le recordaba. Su desmarque al espacio y su definición entroncan con el momento de plenitud que vive. Se desgastó en la pelea con los centrales, intervino solo cuando debía (23 toques) y resolvió con acierto sus asociaciones (82% de acierto en el pase). Su final de curso le ha devuelto la titularidad, y si cabe algo que reprocharle a Arrasate no es otra cosa que le cambió antes de tiempo ante el Real Madrid en Sevilla. Su salida fue un balón de oxígeno para la defensa blanca.
Una bala
El puesto que quiere Osasuna está en posesión del Girona tras el empate ante la Real. A veces uno querría que el Girona jugase todos los partidos de LaLiga por lo bien que lo hace. Su irreverencia, voluntad ofensiva y calidad le convierten en un equipo atractivísimo, repleto de recursos, que mezcla con su tenacidad atrás y la inteligencia táctica de Míchel. En San Sebastián marcó Yan Couto (20 años), otro joven con un techo desconocido. Es un correcaminos por la banda derecha, irrefrenable en el traslado del balón y con tiento para tomar buenas decisiones en ataque. Promedia 18 conducciones por partido (12,3 metros) y ha creado diez ocasiones en este tipo de jugadas. Aun así, ha de mejorar su posicionamiento defensivo y dureza en los duelos individuales, aunque nadie duda de que pinta muy bien.
Compacto
El arte de defender lo enaltece el Mallorca de Javier Aguirre. Contra el Cádiz volvió a dejar otra actuación solidísima con su bloque bajo y aguerrido. No hay huecos entre líneas, las coberturas son continuas y la protección se extrema. El Cádiz disparó hasta 14 veces y dio 31 toques en el área rival, pero el Mallorca tramitó el partido con una sensación de eficacia manifiesta. Se siente seguro atrás. Por algo es el equipo que menos robos en zonas avanzadas (177) ha registrado en toda LaLiga.