La coherencia peligrosa de Luis Enrique
Otra cosa no será, pero Luis Enrique consecuente es con lo que dice y hace. La alineación de Ferran, Asensio y Sarabia remitió al carácter singular del seleccionador, que no dudó en juntar a los hombres de ataque con menos minutos en sus equipos. No parecía la mejor de las decisiones que podía tomar y quedó confirmado en un vistazo tanto por el estado de forma de los tres como por los roles que adoptaron. España formó con extremos a pierna natural (Ferran y Sarabia) y Asensio como falso nueve, que se desgastó en los apoyos y generó una acción extraordinaria en el gol de Jordi Alba, otro de los suplentes titulares en España, pero en ese papel pierde espacio para sacar a pasear su golpeo de balón. Fuera de punto Ferran y Sarabia, sin pisar otras posiciones que hubieran ayudado a motivar la confusión en una Suiza muy ordenada, la Selección no dio con sus referencias ofensivas y se rebajó a un toque previsible, incapaz de desencadenar peligro en zonas de tres cuartos. Los centrales no progresaron, los laterales se quedaron sin sitio y se saltó demasiadas veces a Pedri. Y cuando no se le saltaba a éste la faltó su ingenio habitual. Solo la hiperactividad de Gavi en el robo y en sus rupturas al espacio entre central y lateral sacaron a España del letargo. Los cambios posteriores, ni el arreglo del sistema en el tramo final del partido con una línea de tres, tampoco sirvieron para nada.
Sin embargo, la derrota ante Suiza estuvo presidida por la flaqueza delirante en las jugadas de estrategia defensiva. Así no se puede ir por el mundo. La concatenación de errores en este tipo de acciones condenó a una España en la que Pau Torres estuvo superadísimo ante Embolo. Siempre llegó tarde en la anticipación y su custodia del área fue deficiente. Ante ese escenario general, Suiza mereció el triunfo y convenció. No deja de ser un rival delicado, pero no se aguardaba un tropiezo semejante con el Mundial tan cerca. La coherencia de Luis Enrique no se discute, pero eso no significa que no sea aventurada.
La dispersión
La defensa mixta de España en el balón parado resultó horrible ante Suiza. Fallos en las marcas individuales, pasividad general y nula capacidad de rectificación. Akanji gana la zona en el 1-2 por los bloqueos de sus compañeros y al no reaccionar Busquets también.