Opinión

La Champions de Anselmo y Hedtstück

Sólo tres equipos del bombo uno (Liverpool, Barça e Inter) han entrado en el Top-8.

Cuadro de cruces de la Champions.
Denis Balibouse
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
Actualizado a

Sorpresas. La nueva fase-liga de la Champions tiene algo del golf. Cada equipo ‘hace sus hoyos’: juega ocho partidos aleatorios, sin doble vuelta, y se coloca luego en una tabla de 36 donde se comparan las ‘tarjetas’. El concepto, en el que el rival es uno mismo, ha generado despistes en esta primera edición y ha convertido la liga en un experimento divertido. Sólo tres equipos del bombo uno (Liverpool, Barça e Inter) han entrado en el Top-8, donde se ha colado un equipo del bombo tres (Lille), y otro del cuatro (el Aston Villa, al que Emery y Monchi están devolviendo a sus viejos días de gloria europea). Favoritos como Madrid (11), Bayern (12) o PSG (15) han terminado en puestos intermedios que los condenan a una eliminatoria de ‘castigo’ que, en el caso del Madrid, es una bomba. El City estaba eliminado al descanso de su partido contra el Brujas. Su primera fase ha sido rara y decepcionante (22); y ya no estamos ante el viejo formato, en el que los equipos podían reconstruirse entre el final de la fase de grupos, en diciembre, y los octavos de febrero. Ahora, el playoff está a la vuelta de la esquina.

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Anselmo y Hedtstück. Así se apellidan, respectivamente, los jefes de desarrollo estratégico, y competiciones de clubes de la UEFA, que han estado dándole vueltas durante seis años a un formato que, de momento, ha llegado para quedarse. La fase- liga ha batido, con 3,26 goles por partido, el récord de la liguilla del curso 2019-20 (3,21); y la última jornada regaló 64 tantos en 16 partidos. La UEFA ha querido destacar que el formato también mejora a los modestos. Los equipos del bombo cuatro han pasado de 0,7 puntos por partido en el antiguo testamento a 1,0 en el nuevo. Ese aumento, de un 43%, enlazaría con esa relajación de los grandes, que vivían tranquilos con ese colchón que recoge a los que caen del 9 al 25. Seguramente, por regalos envenenados como el City-Madrid que se avecina, se esmerarán más en próximas ediciones. El sistema, por lo demás, también equivocaba algunas previsiones. Anselmo calculaba que dos victorias y dos empates serían suficiente para estar entre los 24 primeros. Al final, sin embargo, ni once puntos aseguraban el pase (el Dinamo de Zagreb quedó fuera). Hay alguna grieta más. Si tanto valor se le pretende dar a la fase regular, los dos primeros clasificados deberían tener el premio de jugar la vuelta en casa, si llegasen, hasta la final; y los cuatro primeros, ídem hasta semis. Pero la UEFA, de momento, da por bueno su nuevo invento. La verdad que, aunque sea por la novedad, ha sido bien divertido.

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