La cantera del Madrid destroza a La Masia
Jamás vi enloquecer así el Alfredo Di Stéfano. Parecía un mini-Bernabéu con 6.000 madridistas entregados a estos cachorros de Raúl que se dejaron el alma ante La Masia en una recta final de partido que nunca olvidaremos. Raúl supo plantear un partido con varios tramos que fueron desgastando al Barça Atlètic de Rafa Márquez, que apenas inquietó la portería de Luis López y que dio un cursillo de cómo perder tiempo de mala manera.
El golazo del capitán Dotor hizo creer que todo podía ir más rápido, pero el filial azulgrana ralentizó el mini-Clásico como si estuviera dentro de un reloj de arena y por un momento se vio peligrar la remontada. En ese instante Raúl empezó a mover con sabiduría sus peones de reserva y dio entrada al juvenil Gonzalo, un maestro que dio unos pases gloriosos desde la derecha, y el tándem diabólico formado por el granadino Óscar Aranda e Iker Bravo, un chaval que fue infravalorado en la cantera del Barça, que hizo un Erasmus en el Bayer Leverkusen y que ahora quiere reivindicarse en el que era el enemigo deportivo de su niñez. Iker Bravo puso patas arribas Valdebebas con un cabezazo imperial que celebró enloquecido con la grada y besándose el escudo. Ya es un blanco más.
Y la guinda la puso el gran capitán Sergio Arribas, que llegó a tiempo tras su lesión para poner el sello de la mágica remontada transformando un penalti de libro en el descuento. La grada enloqueció tanto que hubo hasta una caída masiva, afortunadamente resuelta sin graves consecuencias. Pero después vino la fiesta y ahora sólo queda preparar a conciencia la durísima final con el Eldense, pero con el apoyo de la afición nada es desdeñable. Un 10 para Raúl González, que dio una lección en la pizarra a Rafa Márquez. Gran noche para el Castilla, gran noche para la cantera blanca. This is Valdebebas.