La cabellera de Djokovic

Jannik Sinner y Novak Djokovic pelearán este domingo por el título de maestro. Pero bien podría haber sido cualquier otra combinación entre los cuatro últimos supervivientes. Es más, las dos semifinales del sábado tuvieron aura de final. La primera, cronológicamente, enfrentó a Sinner con Daniil Medvedev, los dos aspirantes en apariencia más en forma en esta última recta de la temporada, dos especialistas en pista dura que ya se habían medido este curso cuatro veces en el partido decisivo sobre esta superficie, dos en indoor y dos en outdoor, dos con victoria para el italiano y otras dos para el ruso. Es curioso, porque Medvedev era una de las bestias negras de Sinner, con seis triunfos consecutivos, hasta que el pelirrojo le tomó la medida para voltearle en sus tres últimos duelos, todos ellos este otoño. El italiano volvió a hacerlo, en esta ocasión ante un público de Turín volcado con su compatriota. Jannik llega lanzado. Invicto en las ATP Finals.

La otra semifinal también tenía empaque de final. Mucho más. Era el pulso de los dos primeros del ranking mundial, Djokovic contra Carlos Alcaraz, los mismos que esta campaña ya habían protagonizado dos excelsos y agónicos choques por las coronas de Wimbledon y Cincinnati. Ambos aterrizaron en Italia con la reserva encendida, en especial el español, pero un Alcaraz-Djokovic siempre es un Alcaraz-Djokovic, el duelo entre los dos mejores del circuito ATP en 2023, ambos con seis títulos. Era el quinto asalto de un combate entre generaciones. No hay dolor. Hace unos días, Djokovic dijo que los jóvenes quieren arrancarle la cabellera. Fue justo después de perder ante Sinner en la primera fase. Esta vez no se repitió la historia, se escapó vivo ante un irregular Alcaraz. Y este domingo tendrá una segunda oportunidad frente al italiano. En el país de la vendetta.

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