Justicia poética: la FIFA enferma por el virus FIFA
En la UEFA y en la FIFA han abusado tanto del calendario que han saltado las costuras. Orden tajante: a la mínima molestia hay que pedir la baja.

El ‘caso Lamine’ ha causado en el fútbol un terremoto de proporciones bíblicas. A la mínima se caen como moscas de las listas jugadores de cualquier país y de todas las selecciones. En la UEFA y en la FIFA han abusado tanto del calendario que han saltado las costuras. Los clubes están hartos de pagar a los jugadores, carísimos especialistas a los que tener en activo cuesta un riñón y tenerles parado cuesta dos. Los clubes, y no sólo en España, han dado una orden tajante: a la mínima molestia hay que pedir la baja y regresar a su equipo de procedencia lo antes posible.
Le están cayendo palos al Barça por, supuestamente, ir contra los intereses generales, cuando lo único que hace es defender los propios. Si no lo parece tanto con el caso Lamine, basta con echar un vistazo a lo que se hizo con Marc Bernal. Pero no solo el Barça, son todos. De momento, y sólo en nuestro país, los más grandes: Real Madrid, Atlético y Barcelona. A las pruebas me remito. Lamine y Nico en España; Mbappé y Camavinga en Francia y, aunque la excusa sea una vacuna porque allí son más creativos que aquí, Argentina se ha quedado sin Julián Alvarez, Nahuel Molina y Giuliano Simeone. A los tres se les pasó ponerse el antídoto para la fiebre amarilla, que es como a si a cualquiera se nos olvida el móvil en el coche o las llaves en casa.
Noticias relacionadas
Total, que la FIFA y la UEFA están probando de su propia medicina. Y bien merecido se lo tienen. Porque esto es culpa suya, en concreto del pique que se traen desde que Ceferin llegó a la presidencia en Europa y montó la Nations League. Hasta ese día las selecciones eran el jardín de la FIFA, que se sintió agraviada y respondió con el Mundial de Clubes, que era el huerto de la UEFA. Y de esa bronca, viene la saturación del calendario, las lesiones y el cabreo de los clubes, que han tocado a retreta. Quien a hierro mata, a hierro muere.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí





Rellene su nombre y apellidos para comentar