Joselu, Selección
Ocurrió lo impensable para que sucediera lo previsible. Con un once de corte descaradamente defensivo, no entró el Espanyol a amarrar el 0-0 conforme pasaban los minutos sino a sorprender. Y a fe que lo logró, cuando se llevaban sólo ocho minutos: robo, carrera, centro y misil a la escuadra de Joselu. Protegieron los pericos con pegamento doble la banda de Vinicius, Óscar Gil y Rubén, pero el brasileño se escurrió de ambos en un eslalon letal que bien podría rubricar la temporada de esquí. Y Militao, ante una zaga tan tupida, remato solo (que no sólo) para liquidar cualquier esperanza perica.
Porque quedaba toda la segunda parte y el plan de Diego Martínez, pese a los accidentes, seguía más vigente que nunca conforme transcurrían los minutos. Pero faltó esa chispa, ese toque de genialidad que ha aparecido en partidos mucho menos brillantes, y otros que sí lo fueron como los del Camp Nou y el Metropolitano. El que sí irrumpió fue un experico, Asensio, en el añadido. Así que perdió el Espanyol, como en cada visita al Madrid desde 1997, y el cinturón clasificatorio apretará más que nunca. Pero la confianza no quedará demasiado tocada. Y quien ganará aun más en autoestima es Joselu. Y no por romper la sequía de los pericos, de 3.220 días sin marcar en el Bernabéu, sino por anotar su decimosegundo tanto en esta Liga. Y por meter por toda la escuadra su billete a la Selección.