Empate. El Atlético sigue sin levantar cabeza y no pasó del empate ante un Espanyol que se quedó pronto con diez futbolistas. Pero el equipo rojiblanco no está en un momento dulce, más bien todo lo contrario. No juega bien, se muestra muy irregular, falla en ataque y también en defensa. Lecomte evitó el triunfo del Atlético con una parada magistral a un cabezazo de João Félix. Buen partido del Espanyol, mientras que el Atlético no sale de ese estado depresivo en el que parece que ha entrado. El conjunto de Simeone tuvo ocasiones para llevarse los tres puntos, pero ahora mismo pocas cosas le salen. Total, un punto que sabe a poco. Lo único bueno de todo esto es que apenas hay tiempo para reflexionar, puesto que espera el Mallorca el miércoles. Sigue la mala racha del Atlético en su estadio, algo que parece increíble.
João Félix. Va a más el delantero. El portugués fue el mejor en el partido ante el Cádiz, hizo dos tantos y estuvo muy cerca de marcar el tercero. Ante el Espanyol entró cuando ya no quedaba más remedio que lanzarse a la desesperada al ataque. Marcó un golazo, pudo hacer otros dos, y demostró que puede aportar mucho al equipo. El delantero anda sobrado de calidad y si está centrado, es un futbolista muy importante. Veremos lo que sucede en el mercado invernal con João Félix, puesto que no faltarán clubes interesados en contar con sus servicios.
Afición. El horario fue un tanto raro pero se dieron cita 50.000 aficionados en el Cívitas Metropolitano. La hinchada del Atlético nunca falla y ha demostrado estar siempre por encima del equipo. Los más radicales decidieron no animar al equipo en el primer tiempo. El resto del estadio sí lo hizo e incluso cuando los aficionados de ese sector entraron al estadio, algunos les silbaron. El equipo vive momentos complicados y particularmente no es momento de divisiones. Pero cada cual es libre de tomar sus decisiones y protestar de la manera que quiera. Sería mejor que todos fueran a una, como ha sucedido casi siempre, pero los malos resultados propician el enfado de la hinchada. Eso sí, cuando marcó João Félix, el estadio apretó.