Simeone se llevó una enorme pitada el pasado 7 de septiembre cuando retiró a João Félix del terreno de juego ante el Oporto. El Atlético acabó ganando 2-1 con gol de Griezmann en la última jugada, pero esa pitada al técnico fue una de las noticias del encuentro. Algo más de un mes después, y siete partidos jugados, João Félix ha desaparecido del mapa y apenas cuenta para Simeone. El jugador, que piensa seriamente en un cambio de aires, se ha visto superado por Morata, Correa, Griezmann y Cunha. Ha quedado relegado a ser el quinto delantero de la plantilla, algo impensable en el inicio de temporada.
Pero algo grave tiene que pasar cuando un futbolista desciende tan rápido y en tan poco tiempo de estatus en el equipo. João Félix no comenzó la campaña al nivel que podría esperarse ni ha sido el jugador determinante que todos pensábamos. Su desaparición ha coincidido con la irrupción de Griezmann, cada vez con más peso en el equipo y jugando a tiempo completo. Sólo le falta recuperar el idilio que tenía con el gol. El portugués podría mirarse en Correa, quien no tiene un mal gesto e intenta aprovechar sus minutos. Cunha también le da otro aire al equipo cuando sale.
El club se encuentra en una complicada tesitura. Simeone manda. Y al Atlético no le ha ido nada mal hasta ahora. El entrenador tiene plenos poderes y la entidad le respalda, aunque es cierto que João Félix se devalúa cada vez más y a nadie le interesa un cisma entre el Cholo y una de las principales figuras del equipo. Los detractores del técnico consideran que João Félix es uno más de los futbolistas a los que no les sabe sacar su mejor rendimiento. Los cholistas sólo ven los desplantes que ha tenido el portugués. Habrá que comprobar lo que sucede de aquí al parón por el Mundial. O mucho cambian las cosas o las Navidades pueden ser movidas en el Atlético.