Honda descabalga a sus campeones
Marc Márquez lleva siete caídas en tres grandes premios, se ha perdido otros tres por lesión, y no ha acabado ninguna carrera larga. El panorama es incluso más oscuro para Joan Mir, su colega de Repsol Honda, que ya suma 12 caídas, las mismas que en su temporada récord de 2019. La última le impidió competir en Mugello y le va a dejar fuera esta semana de Sachsenring, mientras se recupera de una fractura de meñique. La lesión de Álex Rins, el único de Honda que ha logrado una victoria, es todavía mayor, porque se rompió la tibia y el peroné en la Sprint del GP de Italia. Las caídas afectan este año mucho más a los pilotos del ala dorada. En opinión de Márquez, no es casual. La moto japonesa, tradicionalmente complicada de manejar, se ha vuelto indomable en 2023. “Al mínimo error, te traiciona y te caes”, dijo en Italia, con evidente enfado. Para Marc, la actual montura obliga a “arriesgar más que los demás”, con los resultados catastróficos que se han sucedido en los seis escenarios visitados en el presente Mundial, y que han dejado en cuadro a la fábrica para el siguiente en Alemania.
Es novedad, eso sí, que el séxtuple campeón de MotoGP haya lanzado quejas sobre Honda, a un año y medio de que se cumpla su contrato. En otra época era capaz de cubrir con su clase las carencias de la moto, pero ahora acaba la mayor parte del tiempo por los suelos. Hay otro enfoque, como hemos leído a Davide Tardozzi, jefe de Lenovo Ducati, en declaraciones a AS: “Márquez trata de hacer más cosas de las que le permite la moto. Para mí no debería caerse y debería llegar con la moto al box”. Puede que tenga razón, pero ser conservador no va con el carácter de Marc, ni con el de sus compañeros de marca. De momento, no aspirar al máximo no entra en sus planes: “Yo podría terminar todas las carreras del 10 al 15… pero siempre se quiere más”. El conformismo no está en su ADN.