Gündogan, Guardiola, algo falla

Ciclo. El fiestón del City tras ganar la Champions escondía algo más que la alegría por haber roto la historia. Fue una liberación para sus jugadores. Una puerta abierta. La invitación a una salida. No se entiende si no que un equipo campeón corra el riesgo de perder a varios titulares a los pocos días de semejante hazaña. Gündogan, el hombre que levantó la Champions en Estambul, tiene un acuerdo con el Barça; Walker negocia con el Bayern; Bernardo Silva se debate entre el PSG y Arabia. Raro.

Trato. De Guardiola siempre se ha dicho que es un técnico de gran desgaste hacia el jugador. Es difícil tragarlo. Cancelo pasó de indiscutible a tener que irse. Titulares el curso pasado como Mahrez o Laporte han desaparecido de sus planes en este. Grealish y Rodrigo tuvieron que aguantar un primer año durísimo antes de ser fundamentales en los planes del técnico. Todo eso pasa factura. Cuando toca fidelizar con el entrenador, es difícil hacerlo. Pep está por encima de los jugadores. Incluso por encima de Haaland. Es, para el futbolista, muy difícil asumirlo. De ahí quizá un éxodo tan inesperado.

Anfitrión. El nuevo tablero de la FIFA, tras Qatar, está en EE UU. La designación del país norteamericano como sede del ampliado Mundial de Clubes de 2025 lo certifica. El torneo, una de las joyas de la corona de Infantino para los próximos años, servirá de banco de pruebas para el de selecciones del año siguiente, previsto también en EE UU —ademas de, en menor medida, Canadá y México—. La FIFA ha olido el dinero norteamericano, como en su día el qatarí. A nivel televisivo y comercial, no hay mercado que se le acerque.

Petrodólares. Tampoco Arabia Saudí, el otro gran candidato. Cualquier concesión a los saudíes implica cambiar de nuevo el calendario de ligas europeo, como ocurrió este año con Qatar. Sería demasiada alteración de nuevo. O no. La FIFA dejó sorprendentemente abierta hasta octubre la carrera por las candidaturas al Mundial de selecciones de 2030. ¿Por qué? ¿Espera todavía a Arabia Saudí, quizá?

Hoy descubrimos a… Gabriel Sigua (2005). Georgia sigue dando talentos con facilidad, como se vio en la histórica victoria ante Portugal en el estreno de la Euro Sub-21. Jugó este centrocampista llegador, uno de los más jóvenes del torneo, potente, con llegada, con gol. Una especie de Goretzka georgiano. No tiene la clase de Kvaratskhelia, pero sí otras condiciones para llegar lejos. Con 17 años ya ha debutado con la absoluta. Saldrá muy pronto del Dinamo Tblisi.