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Griezmann sigue siendo el número uno y bendito fortín el del Metropolitano

Júbilo. El Metropolitano explotó de júbilo cuando marcó Giménez. Simeone corrió por la banda para celebrar con sus jugadores el 2-1 mientras el defensa uruguayo festejó casi llorando el tanto que le da al Atlético los tres primeros puntos en esta Champions. Un triunfo épico, logrado a base de trabajo, de sacrificio, de pelea... El estadio del Atlético sigue siendo un fortín. Bendito fortín. Maravilloso triunfo de un equipo que no hizo su mejor partido, pero confió en llevarse la victoria. Al final la gente se marchó cantando el himno del Atlético, la canción favorita en castellano de Gallagher, suplente pero que contribuyó al éxito rojiblanco.

Griezmann. Y para lograr el 2-1 fue decisivo el futbolista francés. Este año han llegado al Atlético jugadores de relumbrón, fichajes importantes, pero la magia la sigue poniendo el mismo: Griezmann. El delantero marcó el primer tanto del Atlético tras una estupenda asistencia de Marcos Llorente. Es la tercera diana de Griezmann en este ejercicio y que tenga gol es una de las grandes noticias para el equipo madrileño. No hay jugadores en el fútbol europeo que tengan la calidad y la capacidad de trabajo del futbolista rojiblanco. Por eso la gente le adora, le quiere, por eso se ha convertido en una leyenda del Atlético. Griezmann fue el mejor del equipo del Cholo la pasada temporada. Al final acusó el no haber tenido descanso. Ante el Leipzig no estuvo tan preciso como en otros partidos, pero eso poco le importa. Le dio una gran asistencia a Giménez en el 2-1. Griezmann sigue siendo el número uno.

Asistencia. Cayó un diluvio sobre Madrid durante toda la tarde, lo que complicó el tráfico y los accesos al Cívitas Metropolitano. Pero eso no impidió que hubiera una excelente entrada en el recinto del Atlético: 57.856 espectadores. La tarde no invitaba a acudir al estadio, pero la afición rojiblanca tiene ganas de Champions, ganas de ver a su equipo realizar una buena campaña en la competición europea.

Correa. El argentino fue titular y disputó su partido 427 con la camiseta del Atlético. Igualó a Saúl como el séptimo con más encuentros defendiendo al equipo rojiblanco. De Correa se pueden decir muchas cosas, pero siempre lo intenta. Falla, pero lo vuelve a intentar. En el primer tiempo fue el que agitó el partico cuando al Atlético le faltaron las ideas. Grande Ángel, un futbolista muy querido por todos.

De Paul. Vio tarjeta amarilla mediada la segunda parte y Simeone decidió cambiarle y De Paul no se lo tomó de buenas. El argentino realizó un muy buen encuentro ante el Valencia y ese es el jugador que quiere ver su técnico. Y no el enfadado que se marchó tras ser cambiado ante el Leipzig. Por eso no termina de conectar con la grada del Metropolitano.

Vermeeren. Jugó un partido discreto el centrocampista del Leipzig. Vermeeren estuvo a las órdenes del Cholo durante la pretemporada, pero acabó marchándose. La afición del Atlético le despidió con aplausos cuando fue cambiado en el segundo tiempo. Un bonito detalle de una hinchada que se fue a casa feliz.

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