Triunfo. Ganó el Atlético a un buen Oviedo y sigue adelante en una Copa que este año ilusiona mucho. El equipo de Simeone se mostró muy serio, con ratos de buen fútbol y ganó a lomos de un imperial Griezmann y con la magia de un chico de 19 años llamado Pablo Barrios. El chaval salió por Koke y al igual que el capitán, está llamado a hacer historia en el conjunto rojiblanco.
Griezmann. Es un lujo ver a Griezmann en este estado de forma. Salió como teórico segundo delantero pero se le vio por todo el campo, como le gusta a él. Ayudando a Koke a sacar el balón jugado, apoyando a Lemar, asistiendo a Marcos Llorente en el gol... Un espectáculo. Griezmann nunca se complica, juega de primeras, sabe que un segundo es vital y nunca se ahorra una carrera. Disfruta jugando y hay que disfrutar de él.
Llorente y Barrios. El madrileño jugó como interior y causó peligro al Oviedo. Para el Atlético es primordial que Marcos Llorente vuelva al nivel que ofreció hace un par de temporadas. Marcó el gol, segundo que hace esta temporada, y nunca dejó de intentar penetrar por su banda. Si Marcos Llorente sube sus prestaciones, el Atlético también lo hará. No es jugador cualquiera, él lo sabe y el Cholo, también. Nahuel cumplió en una banda que puede y debe darle muchas alegrías al Atlético. Con media hora por delante entró Barrios y mostró la calidad que tiene. Repartió juego y marcó el 0-2. Partido a partido se va consolidando como futbolista con mayúsculas.
Animación. El Oviedo tiene historia, estadio y afición para jugar en la máxima categoría del fútbol español. Es un histórico, uno de esos equipos que goza de las simpatías de los seguidores al fútbol y cuya verdadera pelea está en recuperar el sitio que un día tuvo entre los grandes de nuestra Liga. El Carlos Tartiere vivió un gran ambiente, el de los grandes encuentros, rozando el lleno, con 1.100 seguidores del Atlético, y con la gente enganchada a su equipo. Un Oviedo que tiene lazos comunes con el Atlético a través de leyendas como Luis Aragonés y Radomir Antic.