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Gran foto de familia, pero sin Mbappé

Se han acumulado los reproches al desempeño del Real Madrid, entre los que figuraba un grado de implicación colectiva más bajo que en la última temporada. Contra Osasuna, en las circunstancias más adversas y en un periodo de crisis en los resultados, el Madrid recuperó las señas de identidad perdidas. Fue un caso de máximo compromiso por urgente necesidad.

Las lesiones de Rodrygo, Militao y Lucas Vázquez en el primer tiempo produjeron una sensación de inevitable mal fario. El Madrid venía de recibir siete goles en los partidos con el Barça y el Milan, dos derrotas que dejaron muy mal cuerpo en el club y su entorno. Que sucedieran en el Bernabéu aumentó la frustración, que derivó en perplejidad en el encuentro con Osasuna.

Dos lesiones musculares -Rodrygo y Lucas Vázquez- y la grave rotura de ligamentos de Militao colocaron al Madrid frente a dos realidades, la del partido que estaba jugando, y no especialmente bien en los primeros minutos, y el inquietante panorama a largo plazo. No contará durante el resto de la temporada con Carvajal, su lateral derecho y muy influyente capitán, y Militao, que regresa a la desagradable posición de la temporada anterior. Son dos lesiones de rodilla en 14 meses.

Son bajas cruciales por lo que significan los dos jugadores y por los escasos especialistas defensivos en el Real Madrid. Hay nostalgia por Kroos, pero en estos momentos se advierte la importancia que tuvo Nacho durante en el equipo. Apagó multitud de fuegos, se adaptó a todas las posiciones defensivas y funcionó como un reloj hasta su última contribución, la final de la Copa de Europa contra el Borussia Dortmund. No llegó ningún defensa -el joven Yoro, central del Lille, prefirió fichar por el Manchester United- y la impresión de escasez se multiplica ahora.

El Madrid meditará las opciones que le ofrece el mercado, aunque si algo le distingue es su poco apreció por la ventana de invierno. Hace muchos que no pesca en ese río. De alguna manera, el futuro es lo que se vio en el Bernabéu con Osasuna. Valverde ofició de lateral derecho y Asencio, central del Castilla, debutó en la Liga. Debut impecable. Su pase a Bellingham en la jugada del segundo gol fue perfecto. Dispone de una oportunidad única en el fútbol: hacer un Cubarsí en el Madrid.

Las sucesivas malas noticias en el primer tiempo contrastaron con las excelentes que también se generaron. Por primera vez esta temporada, la afición conectó con el equipo, o el equipo envío el mensaje que deseaba la hinchada. En la contrariedad, el Madrid jugó con verdadera energía, auténtico compromiso, vitalidad contagiosa.

Borró del mapa a Osasuna. No atravesó por el menor momento de peligro. A medida que discurría el partido, los jugadores presionaron más y mejor, con un apetito por la pelota que no se recordaba esta temporada. Recuperó el nervio de un plumazo y envió la clase de mensaje que su gente le exige. Solo Mbappé, peleado con el gol y sus ansiedades, quedó fuera de la foto de familia.

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