Gracias, Donnarumma
Durante todo el segundo tiempo, el PSG de Luis Enrique se transformó en el PSG de las debacles europeas.


Durante todo el segundo tiempo, el PSG de Luis Enrique se transformó en el PSG de las debacles europeas. Con hasta cuatro goles de distancia tras el 0-2 de Nuno Mendes, el conjunto parisino olvidó por momentos que era un equipo y sucumbió en un escenario que pudo ser fatídico, más doloroso incluso que el 6-1 del Barcelona o que el 3-1 del Bernabéu en 2022.
A los jugadores les temblaron las piernas, no hubo ni un atisbo de carácter y el equipo se contagió de una febrilidad que, al menos con Luis Enrique, parecía más que olvidada. En este escenario oneroso, con un Aston Villa galopante, dispuesto a todo hasta el final, apareció un héroe inesperado, Donnarumma.
El italiano, tan afligido por las noches europeas, tan señalado durante las debacles del PSG recientemente, considerado incluso un portero poco fiable en estos escenarios, sostuvo, como en Anfield, a su equipo, convirtiéndose en un muro que terminó por desesperar al Aston Villa. Si el campeón de la Ligue 1 está en semifinales de la Champions es, en parte, al desempeño del italiano en Birmingham.

¡El PSG roza el desastre!
Una parada imposible a Rashford, otra después a Tielemans, cuando todo el estadio ya cantaba la remontada, le dieron un suspiro a Luis Enrique, que sufrió como nunca con el PSG. Nunca este equipo, con el asturiano en el banquillo, temió tanto y rogó con tanta avidez el pitido final del árbitro. Una semifinal, la segunda consecutiva, en la que está tras una noche que pudo ser pesadilla.
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