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Gavi y los empanados

Honor a Gavi y aviso a Pedri. Más allá de Bellingham, que es un escándalo de futbolista, pero imagino que eso ya lo constatará Tomás Roncero en su artículo, hay que constatar que Gavi y Fermín son dos jugadores espectaculares. Gavi se comió a Bellingham en cada uno de los duelos directos que tuvieron, pero ante un jugador en el estado de gracia del inglés, que si cada vez que hace un partido mediocre como el que completó este sábado marca dos goles, es para doblarle el sueldo trimestralmente de manera exponencial. Pero que eso no tape, que Gavi estuvo mucho mejor que el inglés. Lo de Fermín va por otro lado. Mientras le duró la gasolina, el Barça estuvo en el partido mientras, a veces, en la televisión enfocaban a Pedri en la grada como cuando las vacas miran pasar el tren. El canario debería empezar a pensar que debería ponerse las pilas porque está empezando a ser prescindible.

Los empanados. Gavi, que hizo un partido de escándalo, lo completó cuando compareció en la zona mixta diciendo que “no podemos estar tan empanados”. La empanada es la frustración ante 56 minutos de gran juego del Barça, para que luego Ter Stegen trate de lucirse a mano cambiada y se coma el gol de Bellingham y que Oriol Romeu comparezca al partido siendo, como mucha gente temía, el mejor jugador del Real Madrid. Cada pelota que caía en sus pies era una ocasión blanca.

No habrá vídeo. Gil Manzano seguirá virgen en la videoteca de Real Madrid Televisión. Le podrían reprochar el penalti de Araújo a Camavinga en la segunda parte, pero después de perdonar el Ushiro Nage de Tchoaumeni a Araújo en la primera supongo que se lo pasarán por alto. También lo de que, con una precisión de reloj suizo, Carvajal tumbara a João Félix cada siete minutos (7,14 y 21) sin amonestación y que Fermín viera la amarilla a la segunda entrada que cometió. Tampoco saldrá en el vídeo que en el minuto dos de partido Vinicius empezó su espectáculo chutando a la grada un balón que se iba por la línea de banda y que Gil pasó por alto. El partido del brasileño fue otro monumento a la provocación. Si hablamos de empanados, éste también debería figurar en el reparto.

Las ausencias. A Xavi le duró el plan de partido 56 minutos. Nada extraño teniendo en cuenta las bajas que tenía y el esfuerzo que realizan jugadores muy jóvenes, porque en el Barcelona la media de edad era en muchos caso digna de Youth League. Con el permiso de Pedri, que se lo miraba desde la grada lesionado, el resto de los jóvenes lo dieron todo. Y los no tan jóvenes cumplieron en la medida de sus posibilidades. Gündogan dominó el partido hasta que salió Modric, Iñigo Martínez y Christensen estuvieron perfectos y Lewandowski... bueno, al polaco se le agradece el esfuerzo. Y poco más.

El portero. Si en algo parecía, a priori. claramente superior el Barcelona al Real Madrid era en la portería, donde Ter Stegen se adivinaba más fiable que Kepa. El madridista, aparte de aliarse con los postes a sendos remates de Fermín e Iñigo Martínez, le sacó un balón de gol a Araújo. Ter Stegen se comió el primero de Bellingham de la misma manera que en la primera parte se come otro chut lejano de Rüdiger o uno al primer palo de Carvajal. Otro, el portero, que se encanta y que da autoridad a la frase de Gavi de que no se puede estar tan empanado. Ni en el campo, ni en la grada vip.

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