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Francisco expone al Madrid

Lo que el Madrid ganó en el Clásico se lo dejó ante el Rayo. No debería sorprender tanto como parece, porque el juego blanco dista mucho de lo que ha de ser. Otra noche más se embarró su ataque, ni con uno ni con otro sistema, espoleado únicamente por apariciones individuales de Bellingham, Valverde y Vinicius. El férreo ejército de Francisco, a costa de ser menos valiente que de costumbre, se parapetó en un bloque bajo y atascó al Madrid. Sabía el Rayo que su única garantía de salir con vida era encerrarse por las dificultades evidentes de los de Ancelotti de generar en los ataques posicionales. Así lo hizo, con mérito y aplomo, para ofrecer pista al Madrid por fuera sin que este la aprovechara. Por la derecha llegó poco, por la izquierda Vinicius quedó frenado por un imponente Ratiu que contó con la colaboración directa de Isi y Óscar Valentín. Fue un monólogo blanco absolutamente fallido, sin amenazar de veras, cortísimo en la generación de juego y sin el celo suficiente que le suele aflorar para apuntarse a la épica. Esta vez no tocó a rebato.

El Rayo fue un equipo estupendo en defensa porque el Madrid fue un equipo repleto de carencias en ataque. Ancelotti quiso dar la vuelta al calcetín y volvió al 1-4-3-3 en el tramo final con la entrada de Rodrygo. Seguramente ese debe ser el dibujo en el que el Madrid empiece a reencontrarse, pero ante el Rayo tampoco le sirvió para agitar la coctelera. Sin ningún encanto en toda la noche, no se regeneró y perdió el sentido de lo que tenía que hacer. El partido fue lo que quiso Francisco y sobre su idea construyó el Rayo un nivel de protección que dejó al Madrid en la penumbra, aunque a Kepa ni le probó, entre otras cosas, por la pasividad insoportable de Raúl de Tomás. Líneas juntas, ayudas continuas y firmeza en el área fueron premisas ante las que Ancelotti se quedó sin respuesta. El Rayo mereció el empate y el Madrid no merece ser líder. Esa condición es patrimonio exclusivo del Girona.

Vinicius, error por dentro

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Al jugador que peor le ha venido el cambio de sistema ha sido al brasileño. No disfruta de tantas ventajas como le daba el 1-4-3-3 y confunde su posición. En la imagen se le ve descolocado e incapacitado para poder ofrecer profundidad al Madrid.

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