Florentino revienta el monopolio
La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que ha sentado jurisprudencia firme, señala que ni la FIFA ni la UEFA pueden abusar de una posición dominante. El TJUE considera que la organización de competiciones de fútbol de clubes y la explotación de los derechos de difusión son actividades económicas. Por lo tanto, si la FIFA quiere organizar el Mundial de Clubes (y lo mismo la UEFA con la Champions) tendrán que negociar las condiciones con los clubes, multiplicar las contraprestaciones económicas, hacerse cargo de los salarios de los jugadores en caso de lesión, renunciar a la parte del león en los contratos de televisión y abdicar de la política sancionadora para infundir miedo o torcer voluntades. Resumido: no podrán imponer sus condiciones, sino que tendrán que negociarlas.
Pero de esto a negarse a jugar el Mundial de Clubes va un abismo. Lo que quiere el Madrid es que se cuente con los clubes antes de montar las competiciones y que se les ofrezca una cantidad económica acorde con lo que generan los derechos de televisión. El Mundial de Clubes, que es una especie de Superliga (SLE) concentrada, oferta 20 millones por equipo, quince veces menos de lo que se llevará cada participante de la SLE por el mero hecho de inscribirse. El Real Madrid no ha fichado a Mbappé para que la parte del león de los contratos se los lleve el intermediario. Florentino ha reventado el monopolio. La FIFA, organizadora del Mundial de Clubes, lo ha entendido e Infantino negociará y mejorará las condiciones porque sus relaciones con el presidente del Madrid son magníficas. Caso aparte es Ceferin. Con el esloveno no hay relación. La respuesta será la Superliga, que se prepara para arrancar en septiembre de 2025.