Figo, Neymar y Dembélé
En agosto de 2017, el Barça estaba bajo el impacto de la marcha de Neymar al París Saint-Germain. Un sainete que empezó cuando un vicepresidente aseguró antes de partir a la gira americana que Neymar se iba a quedar al “doscientos por cien”. Luego, este diario adelantó en exclusiva que el brasileño tenía un pie en el Parque de los Príncipes. Después, tras una velada en Nueva York (el “se queda” de Piqué en sus Redes) se consumó la tragedia. Con Dembélé, vamos camino de calcar el relato. Este diario volvió a ser el primero que descubrió la opción de salida de Ousmane, que se confirmará en cuestión de horas o de días.
Ambos casos tienen puntos en común. Neymar llegó al Barcelona después de un birlibirloque judicial con una retahíla de contratos que colapsaron los juzgados. Después de tanto tiempo de apelaciones, recursos y querellas ya no se sabe quien tenía razón, pero sí que el fichaje nacía de nalgas. Como el de Dembélé, que por si no lo recuerdan llegó al Barcelona haciéndole al Borussia Dortmund lo mismo que le acaba de hacer al club catalán. Bartomeu logró sus servicios después de que el francés se declarara en rebeldía con el club alemán y no apareciera en los entrenamientos. Un apandador que aplica la misma medicina a cualquiera de sus empleadores. Desde Figo, el trilero que timó a dos equipos italianos para ir al Barça, no hemos aprendido. No se podía saber.