Fekir repudia la etiqueta de sospechoso
No disparen al pianista
Hay atributos del futbolista a los que nunca se les pone en cuestión. La garra, la actitud o el compromiso, aunque se exhiban de forma fingida en jugadas que no van a ningún sitio, son cualidades que despiertan pasiones. La de veces que se ha visto a un jugador echar una carrera que sabía que no podía ganar para recoger el aplauso fácil del aficionado. Da igual que sea un gesto populista porque hay un premio detrás. En cambio, el talento parece estar siempre bajo sospecha. A Nabil Fekir (30 años), por ejemplo, se le mira con recelo por su trote y maneras en el campo, sin pararse a atender su descomunal calidad que hace saltar escalones al juego ofensivo del Betis. Es la clase de jugador diferencial, que mejora cada acción a partir de su lucidez y sintonía con el balón. Solo así se explican actuaciones como la que tuvo frente al Athletic. Fue una exhibición de calidad, temple y sentido. Las transiciones que pasaron por sus botas afilaron los ataques del Betis. Eligió a la perfección ―44 de 45 pases acertados, siete de once duelos ganados, tres entregas clave...― y llegaron dos goles y diversas situaciones de peligro como consecuencia. Recientemente, en un alarde de sinceridad, Fekir reconoció que echaban de menos a Isco. Antes pasó con él. Son jugadores icónicos por su forma de expresarse. Al talento solo se le añora cuando no está.
Lateral largo
Las Palmas tiene a tiro el objetivo que se marcó a principio de temporada, que no es otro que la permanencia. La cercanía del logro pone en valor el mérito de un equipo que, mejor o peor, se ha definido por una idea en la que creen todas las piezas. Desde el portero hasta el delantero. La influencia en ataque de Sergi Cardona (24 años) desde el lateral izquierdo es una de las banderas amarillas. Su capacidad para alargar la banda y el buen tino en los centros proyectan a los de Pimienta. No obstante, Cardona es el séptimo defensa de LaLiga, solo por detrás de los cabezas de cartel de Barça y Girona, que ha participado en más secuencias ofensivas con un total de 80. De esas, 15 acabaron en gol, 27 supusieron una ocasión creada y 38 remitieron a la propia construcción de la jugada. Pero Cardona es mucho más. La faceta defensiva no desmerece a sus virtudes arriba. Es pegajoso en la vigilancia, difícil de superar y está pendiente siempre de las coberturas. Acaba contrato y su nombre asoma como una de las grandes oportunidades del mercado.
Un acto de fe
Nadie sabe si, a final de temporada, se recordará el gol de Darwin Machis al Celta como un punto de inflexión en el Cádiz. Lo que es seguro a día de hoy, es que de no haber aparecido las perspectivas de salvación del equipo de Pellegrino estarían en números rojos. A sus 31 años, está más que acreditada su competencia en el golpeo desde media y larga distancia. Según la estadística avanzada, Machis solo tenía un 1% de posibilidades de batir a Guaita. Para él no es esa una cifra imposible, como tampoco lo es ahora la permanencia para el Cádiz. En el minuto 100, contra la lógica más elemental, Machis mantiene viva la fe de su equipo.