Esta Liga va por la vieja guardia
Cuando se gana una Liga con esta contundencia (2-0 al Gran Canaria, 3-0 al Barça y 3-0 al UCAM) puede parecer que todo fue un paseo militar de un equipo tan superior que no tiene mayor mérito. Pues es justo todo lo contrario. La contundencia, la solvencia, la calidad y la ambición con la que el grupo de Chus Mateo ha afrontado esta recta final de la Liga tras el fiasco de Berlín confirma que la madurez de este equipo está a prueba de bombas. Otros se hubieran desmoralizado, hubieran caído en la desidia y hasta habrían arrojado la toalla. Pero el ADN de este club te obliga a levantarte tras cada tropiezo con la entereza y la fuerza de un equipo convertido en una roca sin fisuras.
Hay que destacar la grandeza de los más veteranos. Esta liga 37 me gustaría dedicársela a Rudy en su adiós (39 años), al Chacho (este miércoles cumplió 38, ¡felicidades, genio!), a Causeur (a punto de cumplir 37), al Increíble Llull (el gran capitán tiene 36 y le queda cuerda para rato), Tavares (la torre de la Liga, con 32, sigue siendo el más grande), a Campazzo (tiene también 32 y es el indiscutible MVP en la dirección) y a Poirier (el francés tiene 30 y se mueve como si tuviera 20). Claro que la calidad de los jóvenes como Musa, Hezonja y Yabusele ha sido determinante en varios tramos de la temporada. Y tampoco me olvido del Tortuga Deck. Y felicidades a Chus Mateo, que cierra los debates a base de títulos. Este Madrid no tiene techo.